Este pasado lunes saltaba la alerta sanitaria en Castilla y León. En concreto, era por el uso de mascarillas FFP2 que contenían grafeno y que habían sido repartidas por la Junta de Castilla y León a las diferentes gerencias de salud de cada provincia.
En el Complejo Asistencial de Salamanca, tal y como pudieron comprobar este lunes, llegaron varios lotes de esas mascarillas en el mes de febrero y las mismas se repartieron indistintamente por todos los centros hospitalarios del CAUSA.
Pese a que las mismas tienen una vida útil y se eliminan cuando esta se cumple, fuentes hospitalarias han confirmado a SALAMANCA24HORAS que se ha revisado tanto el almacén como los diferentes servicios en los que se repartieron las mascarillas para ver si quedaba algún lote.
Al identificar mascarillas con grafeno todavía dispuestas para su uso, las mismas han sido retiradas y sustituidas por un lote similar ya sin grafeno. Asimismo, estas fuentes indican que los trabajadores que han sido expuestos han sido derivados a Prevención de Riesgos Laborales para determinar si las mascarillas les ha causado algún perjuicio.
CSIF urge a la Junta retirar todas las mascarillas con grafeno por los riesgos pulmonares que pueden tener
El sindicato CSIF ha urgido a la Junta de Castilla y León, en un comunicado, que revise y asegure la retirada inmediata de los lotes de mascarillas FFP2 que contengan grafeno que ha utilizado algún fabricante asiático. Se trata de una sustancia que podría propiciar efectos y daños pulmonares, según algunos indicios.
“Una notificación de la Gerencia Regional de Sanidad y circulares de las gerencias provinciales ya han solicitado su retirada, pero, en el día de ayer (lunes 12), centros de salud y servicios hospitalarios aún no tenían la información suficiente”, según CSIF, que explica que “nuestros propios delegados estuvieron informando y avisando de esa retirada en toda la Comunidad”.
El grafeno es un material compuesto de átomos de carbono muy utilizado en diversas industrias por sus propiedades, como ser muy ligero y resistente. El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) ha informado de la alerta lanzada por el Ministerio de Salud de Canadá, que ha comprobado que el grafeno se ha usado en la composición de la fabricación de algunas mascarillas, por lo que considera que existe la posibilidad de que los usuarios inhalen partículas de ese producto, algo que puede suponer un riesgo de toxicidad pulmonar. Se está a la espera de una evaluación científica completa y detallada.
Ante la alerta aparecida, CSIF reclama a la Junta de Castilla y León que “se informe e informe adecuadamente y con transparencia a los comités de Seguridad y Salud Laboral sobre estos riesgos, paralizando el uso o distribución de las mascarillas que contengan grafeno”. Aunque Sacyl no las ha adquirido, sí han llegado a través de Ingesa.
“Lamentablemente, llueve sobre mojado. No es la primera vez que no se presta la atención suficiente a la calidad del material que se entrega a los trabajadores, y que afecta a su salud. El año pasado, en abril, también estábamos denunciando el uso de mascarillas defectuosas, que no protegían del contagio del Covid-19 suficientemente”, indica CSIF.
Este sindicato pide a los profesionales que comprueben si las han usado y que informen de ello; y a Sacyl que realice controles y revisiones, por los posibles riesgos de toxicidad pulmonar del grafeno. CSIF sí aclara que, en esta ocasión, la mascarilla sí es efectiva como EPI, y es una barrera efectiva contra el contagio la COVID-19.
Los riesgos de salud por el grafeno pueden afectar al conjunto de los usuarios y ciudadanos, que usen y adquieran mascarillas con esa sustancia, por lo que CSIF pide a la Junta “que tome medidas para proteger a los consumidores, en general, y evitar que se puedan vender”.
Los profesionales de Sanidad, y también los propios ciudadanos, “lo mínimo que esperan es que el material de protección que usan contra la Covid-19 reúna los requisitos y la seguridad suficiente”, dice CSIF.
Este lunes, las mascarillas con grafeno se estaban utilizando “ampliamente” en numerosos servicios y hospitalarios y de Atención Primaria de diversas provincias, como Ávila, León, Palencia, Segovia o Valladolid, si bien la administración ya estaba informando e instando a su retirada. En el caso de Soria y Zamora, al parecer, no se habían repartido aún a los profesionales.
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