Los últimos cuatro días han estado marcados por las tardes primaverales que parecían propias de meses más avanzados que febrero. Las temperaturas, incluso, han llegado a rondar los 20 grados y el sol invitaba a ponerse prendas cortas.
No en vano, estos días han sido, incluso, mejores que las primeras jornadas de piscina del año pasado, cuando en junio apareció el frío y la lluvia, provocando que el césped y el agua estuvieran casi vacíos.
Esto, quizás, es lo que pensó una mujer en esta pasada madrugada, ya casi cuando amanecía, que se dejó ver por las calles cercanas a la plaza de la Concordia ataviada tan solo con una toalla, en escenas más típicas de la zona de costa.
También puede que, animada por el calor tardío, decidiera aprovechar el día ya desde primera hora cuando, eso sí, las temperaturas todavía son gélidas o, simplemente, que la ducha se le hubiera estropeado y fuera en busca de otra. Y es que las razones exactas solo las puede saber la propia mujer, que parecía no hacerlo por primera vez.
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