Investigadores de la Universidad de Salamanca, la Universidad de Extremadura y la Universidad de Lorraine de Francia, han publicado un estudio en el que muestran el potencial de la cementación para la gestión de recursos mineros que contienen un elemento tóxico, considerado contaminante llamado antimonio.
Este elemento químico de gran valor que se utiliza en la fabricación de multitud de productos, desde teléfonos móviles hasta vidrio, puede alcanzar concentraciones elevadas en las zonas donde se explota, especialmente si se ha realizado una mala gestión de los residuos mineros generados.
Por otro lado, la estibina es el principal mineral de antimonio y es también la principal fuente comercial del mismo. La explotación de depósitos que contienen este mineral va a dar lugar a residuos mineros con presencia de estibina. La estibina expuesta a la atmósfera se oxida, y además esto se produce rápidamente, ocasionando la liberación de antimonio al medio ambiente, con el consecuente riesgo para los distintos compartimentos ambientales y la salud humana.
Según explica la investigadora del IRNASA-CSIC Esther Álvarez Ayuso, el objetivo de esta investigación es desarrollar métodos de encapsulación de residuos mineros que contengan antimonio, para evitar, o al menos minimizar en la medida de lo posible, la dispersión de este elemento al medio ambiente y con ello su contaminación.
Del mismo modo, Álvarez añade que en España hay minas de antimonio, las principales se encuentran en Extremadura. Dichos yacimientos se explotaron entre los años 40 y 80 del siglo pasado, pero en la actualidad los residuos generados por la pasada actividad minera permanecen depositados en el entorno.
¿Qué métodos se han desarrollado para minimizar la dispersión de este elemento?
La investigadora del IRNASA-CSIC detalla que se han desarrollado métodos de encapsulación de los residuos mineros basados en procesos de cementación, empleando como agente conglomerante cemento Portland y distintas mezclas de cemento Portland y cal hidratada.
¿Qué procesos se han seguido?
Esther Álvarez recalca que los residuos han sido tratados con el agente conglomerante en diferentes proporciones y trascurrido el proceso de curado los materiales generados han sido sometidos a diferentes ensayos de lixiviación, se ha determinado su resistencia a la compresión y se ha realizado su caracterización química y mineralógica
¿Qué se ha conseguido?
La investigadora del IRNASA-CSIC esclarece que en las condiciones establecidas como más adecuadas para llevar a cabo el proceso de cementación se consigue encapsular eficazmente a los residuos mineros, desarrollando un método para la protección del medio ambiente.
Adicionalmente, los materiales generados muestran valores de resistencia a la compresión apropiados para ser utilizados para el relleno de minas e incluso algunos de ellos presentan un importante potencial para ser empleados como sustituidos de agregados naturales en materiales de construcción, lo que permitiría su reciclaje y así la preservación de recursos naturales.
¿Dónde se puede depositar este producto?
La investigadora explica que los materiales generados tras el tratamiento de cementación disminuyen de forma muy importante la lixiviación de antimonio, hasta niveles inferiores a los requeridos para su admisión en vertederos controlados, a diferencia de los residuos sin tratar cuya lixiviación de antimonio los caracterizan como tóxicos y no admisibles incluso en vertederos de residuos peligrosos.
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