​Los logopedas piden que se les obligue a cerrar por ley: no pueden acogerse a las medidas económicas del Gobierno y no tienen clientes por el confinamiento

Muchas de las clínicas ya cerraron incluso antes de que se promulgara el Real Decreto que estableció el estado de alarma. La gente, al no poder salir de sus casas, no va a sus clínicas de rehabilitación y, además, todas están cerradas ya que no pueden garantizar las medidas de seguridad. En algunas comunidades autónomas sí que han cerrado legalmente, pero no en Castilla y León

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El Real Decreto que establecía el estado de alarma establecía una serie de permisiones y prohibiciones sobre qué servicios se podían seguir prestando durante el tiempo que dure el confinamiento obligatorio -del que ya llevamos 14 días y quedan, al menos, otros 14-. Sin embargo, hubo un sector de profesionales que quedaron en una especie de limbo legal: los logopedas.

El Boletín Oficial del Estado en el que se publicó no establecía que estos profesionales pudieran abrir sus clínicas, pero tampoco les obligaba al cierre de las mismas. Algo ilógico puesto que muchos de los logopedas ya habían clausurado por motu proprio, puesto que incluso antes de que se estableciera la cuarentena ya era difícil que cumplieran las medidas de seguridad recomendadas.

Isabel Martín, tesorera del Colegio Profesional de Logopedas de Castilla y León -único colegio en la Comunidad que aúna a todos los profesionales del sector-, explica a SALAMANCA24HORAS que también, días antes de que entrara en vigor el estado de alarma, muchos padres decidieron no llevar a sus hijos a los gabinetes de logopedia ante el riesgo de contagio existente -los profesionales se encargan de ayudar con la comunicación a las personas, habitualmente menores pero también adultos-.

En el Colegio Profesional de Logopedas de Castilla y León debatieron. Internamente, si era bueno o no abrir las clínicas -ante la posibilidad que les ofrecía el Real Decreto-, pero decidieron que era mejor permanecer cerrados “bajo nuestra responsabilidad”. Sin embargo, al no obligarles la ley, no se pueden acoger a las medidas económicas promovidas por el Gobierno.

Esto está provocando grandes dificultades entre los logopedas, ya que debido al confinamiento, aunque quisieran -que no es el caso, remarcan-, no tendrían clientes. “Tampoco podemos cumplir las medidas de seguridad porque no tenemos ni batas ni mascarillas. Y es inútil que me ponga una mascarilla si quiero enseñar a alguien cómo tiene que articular una palabra o qué gesto tiene que hacer”, valora Isabel Martín.

Desde que se promulgó el Real Decreto, los 14 colegios profesionales de logopedas que existen en España, a través del Consejo General de Logopedas de España, han enviado diferentes comunicados tanto al Gobierno de España como a las diferentes comunidades autónomas, buscando una ley o decreto que sí establezca su cierre obligatorio.

Si por el momento a nivel general no han conseguido nada, algunas regiones, como Andalucía, Galicia o Cataluña, sí que han establecido por ley que los logopedas deban cerrar. No por el momento en Castilla y León, gran reivindicación del Colegio Profesional de Logopedas. Este viernes tratarán de reunirse, telemáticamente, con el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, porque “no es justo que en algunas comunidades sí se pueda hacer esa modificación y no en Castilla y León”.

Al presidente de la Junta le darán a conocer todas las dificultades que están pasando y que no son únicas de este sector, sino que también afectan a fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, ópticos-optometristas, podólogos, nutricionistas... “Estamos todos igual, porque somos como un mismo paquete y estamos destinados a la rehabilitación, pero no podemos estar en contacto con los pacientes y más si hay medidas de confinamiento, que no pueden venir a la clínica”, sentencia Isabel.

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