Marcos García Diego, uno de los pocos diáconos desde este sábado con mujer e hijos

Será admitido a las Órdenes sagradas para el diaconado permanente por el obispo en la parroquia del Zurguén a las 19 horas

 Marcos García Diego
Marcos García Diego

Este sábado 3 de febrero, será admitido a las Órdenes sagradas para el diaconado permanente Marcos García Diego (55 años). Desde hace 12 años Marcos es el responsable de la asistencia religiosa católica en el centro penitenciario de Topas, está casado y tiene dos hijos y un nieto. La celebración tendrá lugar a las 19.00 de la tarde en la parroquia Sagrada Familia en el Barrio del Zurguén y será presidida por el Obispo de Salamanca, Mons. Carlos López.

Marcos comenzó hace 19 años a colaborar en el Centro Penitenciario de Topas como voluntario de ADSIS. El 3 de mayo de 2006 el Obispo de Salamanca le nombró responsable de la asistencia religiosa católica en dicho centro penitenciario, renovándose posteriormente en diciembre de 2008. Fue en ese momento cuando Marcos comienza a plantearse su vocación al ministerio del diaconado permanente, una llamada a vivir la doble sacramentalidad: matrimonio y diaconado, en el que el apoyo de Maribel, su mujer, ha sido crucial.

Tras un proceso de discernimiento Marcos inició su formación espiritual y doctrinal en la Facultad de Teología de San Esteban. Tras un periodo de formación de tres años continuó ampliando su formación teológica con el sacerdote Joaquín Tapia Pérez. En esta última etapa previa y posterior a su admisión a las sagradas órdenes, D. Carlos ha nombrado a tres sacerdotes para acompañarle en su formación teológica, espiritual y pastoral, se trata de Domingo Martín Vicente, delegado diocesano para el Clero; Ramón Martín, anterior prior del Monasterio de San José en las Batuecas y José Vicente Gómez, párroco de La Sagrada Familia, en el barrio del Zurguén, donde Marcos está colaborando en diferentes ámbitos de la pastoral parroquial.

Para Marcos su opción “supone un paso importante en la respuesta a la llamada que siento: conformar mi vida a la del Señor y continuar su tarea de amar y servir a todos los hombres, de anunciar la buena noticia sobre todo donde hay más sufrimiento, más exclusión, a todos los empobrecidos. Testimoniar que el amor, el evangelio, son el camino para la vida en plenitud, para la felicidad. Todo esto vivido desde la comunidad del Señor, desde la Iglesia”.

En la actualidad la Diócesis de Salamanca cuenta con cuatro diáconos permanentes: José Luis López Redondo y Juan Bosco Sardón García -ordenados el 7 de enero de 1996-, David González Porras y Francisco Sotillo Centeno, estos últimos ordenados el 8 de diciembre 2004.

Diaconado permanente

El orden del diaconado está destinado a ayudar y a servir a los obispos y a los presbíteros. Un diácono puede proclamar el Evangelio, predicar y asistir en el Altar; administrar el sacramento del bautismo, presidir la celebración del sacramento del matrimonio y bendecirlo, conferir los sacramentales, llevar el Viático a los enfermos que están en peligro de muerte, catequizar, pero no puede, a diferencia del sacerdote, celebrar la Eucaristía ni administrar la Unción de los enfermos.

El diaconado puede ser conferido a hombres casados que se dedican a ayudar en la Iglesia a través de la vida litúrgica, pastoral o en las obras sociales y caritativas. En este caso reciben el orden del diaconado permanente. 

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