Nueva condición del Gobierno de España al uso de la mascarilla. Si la pasada semana la polémica llegó por la decisión de Pedro Sánchez de volver al uso del cubrebocas en exteriores, la última ocurrencia ha llegado de la mano de todos los partidos políticos.
No han sido pocas las voces que han criticado la decisión de volver a imponer la mascarilla en exteriores, al entenderla como poco eficaz para frenar el avance del coronavirus. Fue una decisión tomada por el presidente del Gobierno a petición de varias comunidades autónomas, entre las que se encontraba Castilla y León, generando miles de retractores y pocos seguidores de este nuevo decreto ley, que, por cierto, un error en la puntuación en el BOE exoneraba a cumplirlo.
Sin embargo, la última medida que ha impuesto el Gobierno con el apoyo de todos los partidos políticos y de las comunidades autónomas traerá aún más cola. En consenso todos han decidido imponer el uso obligatorio de la mascarilla cuando se va al baño a realizar ‘aguas mayores’.
Los expertos vinculados a Sanidad han realizado un estudio que pone en evidencia que el olor de las deposiciones propias debilita el sistema inmunológico y facilita la posibilidad de contagio del SARS-CoV-2.
Para que esta medida se cumpla en los establecimientos públicos el Gobierno ha habilitado una serie de perfiles profesionales, los ya denominados comúnmente como los ‘agentes de la mierda’, que se dedicarán a controlar que se cumpla ese uso obligatorio de la mascarilla. Eso sí, dada la situación en la que se encontrarán estos nuevos funcionarios se les ha habilitado trajes radiactivos usados en centrales nucleares.
Coto al sexo en pareja
La nueva medida no se queda solamente en la acción de evacuar pasajeros no deseados del organismo. El nuevo decreto ley también hace su coto particular al sexo, una medida que sin duda genera mucha controversia.
El decreto explica que la mascarilla debe ser obligatoria cuando se realiza el amor “con las dos personas en contacto con la parte frontal de su cuerpo”. Es decir, aquellas posiciones como la del misionero deberán realizarse exclusivamente con la mascarilla de seguridad puesta, impidiendo así que las personas se besen o el riesgo a hiperventilar en el momento del clímax.
No obstante, este decreto trae consigo algunas excepciones y según han valorado los primeros expertos, todo apunta a que en posiciones como ‘el perrito’ o ‘la carretilla’ no será obligatorio el uso de este dispositivo de protección.
Por último, en cuanto al sexo oral, el Gobierno habilitará en los próximos días mascarillas especiales que contarán con una pequeña trampilla para realizar esta práctica con el riesgo mínimo.