Nos están robando el agua

WWF España denuncia el uso ilegal del agua subterránea de los acuíferos de la Tierra del Vino y de Medina del Campo que engloba múltiples municipios del este de Salamanca

Arenales José Luis Regalado WWF España
Arenales José Luis Regalado WWF España

Un total de 29.000 campos de fútbol, esa es la estimación que realiza la ONG WWF España sobre la cantidad de agua subterránea extraída de manera ilegal del acuífero de Los Arenales, en Castilla y León.  

Una zona que abarca la meseta castellana y que engloba las zonas de Los Arenales, Tierra del Vino y Medina del Campo. Estas dos últimas engloban numerosos términos municipales de pueblos de la zona este y noreste de la provincia de Salamanca, entre los que se encuentra Cantalpino, Cantalpiedra, Tarazon de Guareña, los pertenecientes al campo de Peñaranda, Parada de Rubiales…

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Acuífero de Los Arenales | WWF España

La ONG WWF España ha publicado recientemente un estudio realizado durante todo un año donde analiza cuatro de los acuíferos más importantes de España y que más están sufriendo ese robo del agua. Son el mencionado de Los Arenales (DH Duero), donde se encuentran municipios salmantinos, Campo de Cartagena (DH Segura), Doñana (DH Guadalquivir) y Alto Guadiana (DH Guadiana).

Todos ellos están sufriendo una sobrexplotación de sus aguas subterráneas y esto está trayendo problemas graves en determinadas zonas, algo que ha querido denunciar la ONG a través de este informe al que ha tenido acceso Salamanca24horas.com.

En 2019, año durante el que se ha realizado el estudio, se regaron con el agua del acuífero de Los Arenales un total de 101.877 hectáreas. De estas, fueron regadas con agua extraída ilegalmente un total de 23.975, según la información remitida por WWF.

Hay que tener en cuenta la transformación que ha sufrido durante los últimos años la agricultura de estas zonas. Se ha pasado del cultivo de cereales y viñedos de secano al predominio de patatas, maíz, hortícolas o remolacha, entre otros, que son cultivos que necesitan grandes cantidades de agua, que suelen ser administradas por ríos.

Este hecho está haciendo que muchos de los acuíferos en España sean explotados de manera intensiva, superando su capacidad de recarga de agua, lo que lleva a una reducción progresiva de las reservas estratégicas de agua.

Así mismo, en esta zona salmantina los ríos son prácticamente inexistentes y solo aparecen pequeños regatos o riachuelos con la llegada de las lluvias, muy deficientes en los últimos años. Así, tal y como manifiesta la organización, en este último quindenio el descenso del acuífero de los Arenales es preocupante, algo que también ratifica la CHD del Duero siendo la zona de la Tierra del Vino la que mayor sequía presenta; su masa de agua subterránea se sitúa por debajo de los 25 metros.

WWF ha denunciado que la situación de los ríos de la zona está siguiendo “el peligroso camino de Las Tablas de Daimiel”, cuya sobreexplotación le llevo a secarse, “dependiendo de transfusiones de agua de emergencia”.

La Confederación Hidrográfica del Duero también ha denunciado en los últimos años la situación de las aguas subterráneas de la zona salmantina, extendiéndose a toda la provincia -no solo a la Tierra del Vino y al acuífero de Medina del Campo-. Estas se encuentran en un mal estado cuantitativo y desde la Confederación se están buscando soluciones para poder remediar esta situación, con objetivos ambientales de recuperación o, tal y como apuntan, de prevención de un mayor deterioro.

Zonas no autorizadas que continúan extrayendo agua

Dado el brutal impacto que está generando la sobreexplotación de las aguas subterráneas, la CHD lleva varios años intentando frenar las extracciones ilegales, pero también limitando las que cuentan con autorizaciones.

Así cada año se actualizan las zonas no autorizadas y las que lo están, pero con ciertos criterios específicos. Según informa la Confederación esas áreas se están dando “mayoritariamente en municipios colindantes con las masas de agua actualmente en mal estado cuantitativo, lo cual afecta negativamente a las transferencias laterales que contribuyen a revertir la situación de mal estado”.

La misma CHD explica que el aumento de la concentración de concesiones y autorizaciones en estas zonas puede implicar, a largo plazo, descensos relevantes de los niveles piezométricos que obligará a declarar nuevas masas en mal estado cuantitativo, lo cual conllevaría al incumplimiento de los objetivos ambientales fijados por el plan hidrológico. Con el objetivo de evitar a medio/largo plazo que esta situación se extienda, se están añadiendo cada cierto tiempo nuevas zonas no autorizadas.

En rojo las zonas no autorizadas, en amarillo las específicas con restricciones
En rojo las zonas no autorizadas, en amarillo las autorizadas con controles específicos

Sin embargo, el descenso de los acuíferos, tal y como defiende WTF España, supone un grave problema de contaminación y una amenaza para la salud, ya que conlleva que la concentración de nitratos y arsénico sea mayor en el agua, como ha sucedido en varios municipios salmantino, hasta el punto de que en algunos casos no era apta para el consumo humano.

 El robo del agua un problema para los que sí cumplen las normas, pero también para la salud de las personas

WWF España explica en su informe que nuestro ordenamiento jurídico establece claramente que los “aprovechamientos que supongan un uso privativo de los recursos hídricos subterráneos deben estar amparados por una concesión administrativa. Esta debe quedar recogida en la sección correspondiente del Registro de Aguas, y la administración pública debe asegurar la compatibilidad de dicho uso con la explotación racional del resto de recursos hídricos en toda la cuenca, garantizando el cumplimiento estricto de los objetivos ambientales de mejora y no deterioro de las masas de agua”. De esta forma, para la organización, todo uso de agua subterránea que esté fuera de ese control y de gestión racional del agua, es un uso ilegal: “es un verdadero robo del agua subterránea”.

En el caso del acuífero de los Arenales, en el que se encuentran varias zonas salmantinas del este de Salamanca, tal y como ya se ha apuntado, se han identificado -durante 2019- 23.975 hectáreas de superficies de riego que se encuentran fuera de los límites de la cartografía del inventario de derechos de uso privativo concedidos en 2019, es decir, según el estudio de WWF existen 23.975 hectáreas de riego -en el conjunto del acuífero, puesto que no identifican zona por zona- que ha hecho un uso fraudulento del agua subterránea. Para ellos es una estimación de 98 hm3 usados de manera ilegal y sin autorización previa.

Mapa. Superficie en hectáreas regada con agua extraída ilegalmente versus legal
Mapa. Superficie en hectáreas regada con agua extraída ilegalmente versus legal

“La lacra del uso ilegal del agua subterránea que padecemos en España, por parte de algunos usuarios que no atienden a las normas por las que se rige el uso legal y autorizado del agua, supone un problema para toda la sociedad”, han explicado desde la organización. Para ellos los más afectados son “aquellos usuarios que sí cumplen rigurosamente con estos requerimientos, contribuyendo a la gestión ordenada y controlada de los recursos hídricos, y que, sin embargo, ven afectada su seguridad hídrica, así como la disponibilidad de estos por las prácticas deshonestas y fraudulentas de estos auténticos ‘piratas del agua’”. En el escenario de cambio climático que ya padecemos, no podemos seguir obviando la sobreexplotación de las aguas subterráneas legales e ilegales ya que compromete seriamente la seguridad hídrica de todos y constituyen recursos estratégicos en situaciones de sequía”.

Con este estudio exhaustivo del mal uso del agua subterránea, que abarca otros tres acuíferos importantes en España y con la situación parecida al de Los Arenales, el portavoz de WWF en España, Rafal Seiz, ha reiterado la necesidad de exigir a las administraciones una acción “contundente y eficaz ante este delito contra la naturaleza y los propios usuarios del agua que si están comprometidos con los objetivos de la planificación hidrológica y el uso adecuado de las aguas subterráneas”.

 Superficie regadío ilegal vs legal
Gráfica de barras. Superficie regadío ilegal vs legal

Así mismo, desde la organización solicitan un cambio en la Ley de agua para que se realice un control más exhaustivo del control en el uso del agua subterránea. “Hay que dotar de medios adecuados a las comisarías de agua y a los organismos que controlan el uso del agua y las extracciones y realizar campañas con sectores agrarios para competir este delito ecológico y también favorecer las prácticas sostenibles del uso del agua en agricultura”.

Sin tener datos exactos, y tras un análisis metódico de la situación del acuífero de Los Arenales, la organización ha destapado un problema real que se vive en la zona este de nuestra provincia, y eso que no han incluido los dos últimos años donde las lluvias no han brillado por su abundancia. Sin embargo, al no tener medidas que puedan realizar un control más riguroso del uso del agua subterránea, mientras usted está leyendo este reportaje, alguien está robando el agua de todos, el agua del mañana y todo para beneficio propio.

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