“Tras ocho años en paro, llegué a sentirme inservible e inútil”

A pesar de que la mayor parte de los mayores de 55 años ya han perdido toda esperanza de volver a trabajar, hay historias que hacen recuperarla y demuestran que sí es posible encontrar empleo cuando se supera esta edad. No es una cuestión de suerte: es sobre todo actitud
 

 “Tras ocho años en paro, llegué a sentirme inservible e inútil”
“Tras ocho años en paro, llegué a sentirme inservible e inútil”

Heliodora (Heli para los amigos) tiene 59 años y protagoniza una de esas historias esperanzadoras. Desde muy joven, tuvo clara su vocación: los niños, especialmente los más pequeños y por ello no dudó en prepararse para trabajar como educadora infantil, posición que ocupó hasta el año 2008. 

“Se me rompió el tendón supraespinoso de tanto cargar pesos: subir y bajar a los niños del cambiador, cogerlos en brazos, etc. De hecho, me tuvieron que operar en 2009 pero no me hicieron bien la operación, de tal forma que perdí mi fuerza y mi capacidad para levantar peso. A raíz de esto, me dieron la Incapacidad para mi profesión habitual (que posteriormente me retiraron, ahora tengo el certificado de discapacidad) y fue muy difícil, lo pasé fatal pues tenía que renunciar a la que era mi vocación, pero entendí que tenía que ser fuerte y retomar mi vida”, comenta.  

Fue entonces cuando empezó a prepararse para trabajar en otras posiciones y se formó como administrativa, aunque no tuvo suerte en ningún proceso, al no tener experiencia en el puesto. “Yo soy muy inquieta, me gusta estar siempre activa y para mí fue muy difícil no encontrar trabajo, llegué a sentirme inservible e inútil e incluso asumí que ya no volvería al mercado”- recalca.  

Tras ocho años sin trabajar, en mayo de este año, recibió una llamada de la Fundación Adecco que daría un giro a su vida: querían verla en entrevista para una posición como cuidadora de comedor, donde no tenía que cargar pesos. “Al principio dije que no iba, pues no me lo creía y pensé que no iba a servir de nada, pero Fátima, la consultora de la Fundación Adecco que lleva mi caso, insistió en que fuera y al final me animé”- comenta.  

“Volver a trabajar ha sido un regalo para mí”  

Para su sorpresa, la entrevista de trabajo con la empresa acabó con un contrato. Hoy Heli vuelve a trabajar, a los 59 años, y después de casi una década sin empleo. “Ha sido un regalo para mí. Vuelvo a estar con niños y estoy encantada, feliz, disfruto cuando hablo con ellos y me cuentan cosas. Además, trabajar me está ayudando a superar muchos temas personales, pues hace poco perdí a mis padres y mis hijos se fueron de casa al mismo tiempo. Estar ocupada hace que me adapte mucho mejor a esta situación”- confiesa.   

En este proceso, Heli no olvida a todos los que le han ayudado en el camino, su familia y también la Fundación Adecco: “tengo que dar mil veces las gracias a la Fundación Adecco, pues pasé de sentirme inútil e inservible a sentirme muy querida y escuchada, no sólo ahora, también antes de encontrar este trabajo. Me anima mucho hablar con las consultoras de la Fundación y estoy inmensamente agradecida”.  

No sabe si en septiembre renovará contrato pero mira al futuro con optimismo. Tiene claro lo que ella, como otras personas de su edad, pueden aportar a un equipo de trabajo: “no sólo experiencia, también mucha sabiduría, templanza y saber estar. Creo que los mayores podemos aprender mucho de los jóvenes y también enseñarles”, declara.  Casos como el de Heli demuestran que, incluso cuando parece que no hay esperanza, siempre hay una luz al final del túnel si te dejas ayudar y estás dispuesto a dar lo mejor de ti mismo.

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