“Poner la lavadora puede ser algo habitual para ti, pero a mí me hace sentir realizado”

La campaña #CuálEsTuSitio pone voz y cara por primera vez a la problemática cotidiana de las personas con inteligencia límite. La Asociación para la Atención de Personas con Discapacidad Intelectual Ligera e Inteligencia Límite (Adisli) lanza un vídeo de sensibilización que muestra las barreras que hallan estas personas en su vida diaria. Denuncia que la ausencia de estrategias y estructura para atender a estas personas les condenan a una situación de exclusión social que se puede evitar

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“Hay cosas como poner una lavadora que para ti pueden ser lo habitual, pero para mí es algo que me hace sentir realizado”. Esta frase de Jesús ilustra de forma clara las situaciones cotidianas con las que tienen que convivir las personas con discapacidad intelectual ligera o inteligencia límite. Pequeñas trabas, obstáculos invisibles a los ojos de la mayoría de la ciudadanía, pero que suponen una barrera para la inclusión de estas personas tanto a nivel social como laboral.

El de Jesús es solo uno de los diez testimonios de personas con inteligencia límite y familiares que aparecen en #CuálEsTuSitio, un vídeo de sensibilización que pone por primera vez sobre la mesa las situaciones de incomprensión, exclusión y aislamiento con las que se ven obligadas a convivir estas personas y sus familias, y que invita al espectador, a todos nosotros, a decidir en qué lugar situarnos para favorecer la plena inclusión social de este colectivo.

Irene, de 21 años, relata, por ejemplo, una azarosa etapa escolar en la que alternó estancias en colegios sin adaptación alguna con otros “demasiado adaptados” en los que no podía parar de repetirse “Irene, tú puedes dar mucho más de ti”. Alberto, de 15 años, tampoco terminó de encontrar su sitio en el colegio, donde le tachaban de pesado, le excluían de los juegos comunes, una situación que le hacía sentirse mal y le hacía pensar que “ojalá fuera como los demás”.

La falta de estructuras adaptadas en la etapa escolar aparece como una de las principales carencias y una de las principales causas de aislamiento de las personas con inteligencia límite, como relatan de forma descarnada Anabel y su hermano Miguel Ángel en el vídeo.

Un panorama que no mejora demasiado en la etapa laboral. Alfredo cuenta como ha encontrado su sitio en el sector de la hostelería, pero también como ha hecho numerosas entrevistas de trabajo en las que ha sido rechazado por el hecho de “tener una discapacidad”.

Cinco historias de personas con inteligencia límite y cinco testimonios de familiares que ponen de manifiesto las dificultades que encuentra este colectivo para encontrar su sitio en la sociedad, las barreras invisibles que se les levantan en la escuela, en el mundo laboral y el escaso conocimiento y la más escasa atención aún que reciben por parte de las autoridades.

Pero también su voluntad y su capacidad para sobreponerse a estas barreras subrayadas en una frase de Jesús: “Y si esa gente puede, porque yo no voy a poder. Lo único que pasa es que le voy a tener que echar más narices que el resto”. Toda una invitación a que también nosotros decidamos cuál es nuestro sitio ante la situación de las personas con inteligencia límite.

 

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