Los casos de acoso escolar casi se duplicaron el año pasado y crecieron un 240% en los dos últimos años, según el segundo Estudio sobre ‘bullying’ desde la perspectiva de los menores afectados, realizado por la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) y la Fundación Mutua Madrileña.
El nuevo informe es parte de la campaña de concienciación contra el acoso escolar puesta en marcha hace un año por ambas entidades y que incluye, además, iniciativas en centros escolares y redes sociales para acabar con esta lacra entre los más jóvenes. Las conclusiones del estudio se han extraído del análisis de la base de datos de llamadas al Teléfono ANAR, que en 2016 registró 1.207 casos reales de acoso escolar, uno de cada cuatro fueron de ciberacoso, lo que supone un 87% más que en el año previo.
Los datos vuelven a refrendar la magnitud del problema del acoso escolar en España, pero muestran un avance en la denuncia, concienciación, visibilidad y resistencia. Así, las víctimas y los testigos de acoso escolar se rebelan más. De hecho, más de la mitad de las víctimas y de sus compañeros y amigos se enfrentan al agresor, unos porcentajes que en el estudio previo rondaban el 22% de enfrentamientos.
Este mayor conocimiento de la situación del acosado aumenta trascendentalmente en el entorno escolar, donde un mayor número de personas conoce la situación. Así, el grado de conocimiento por parte de directores y jefes de estudio pasa del 4 al 75%; el de padres y madres del agresor del 5 al 20% y de otros compañeros, del 5 al 15%. La controversia persiste en torno al papel que juegan los profesores en la solución del acoso y hay más valoraciones negativas que positivas de su papel por parte de las víctimas, si bien se reduce el porcentaje de descontento desde un 74% del informe previo a un 53% en el actual.
El estudio deja, sin embargo, otras realidades del problema que deberán ser abordadas. Así, se ha reducido la edad media del acosado a los once años, desde los once y medio del informe anterior, que sigue afectando en una proporción muy similar a chicos y chicas y aumenta considerablemente el número de víctimas de siete años o menos.
Perfil del ciberacoso
La víctima de ciberacoso presenta unos rasgos propios, diferentes a las del ‘bullying’ tradicional. Así, la edad media de este tipo de víctima es de 13,5 años, tal cual se detectó en el informe previo. Y esta violencia a través de medios tecnológicos afecta más a chicas que a chicos, en una proporción de siete a tres (mientras que en el acoso físico el porcentaje por sexos está más igualado).
Los tipos de ciberacoso más frecuentes son las agresiones verbales (insultos o palabras ofensivas (52%), seguido de las amenazas (22%) y la difusión de imágenes y vídeos comprometidos (20%). Crecen con respecto al informe previo otros tipos de ciberacoso que antes eran residuales, tales como la difusión de información personal de la víctima (del 3 al 12%) y el pirateo de las cuentas personales (del 1% al 8%). El teléfono móvil, por encima del ordenador o la tablet, y el Whatsapp siguen siendo los medios más empleados para el ciberbullying.
En la mayor parte de los casos (86%) los acosadores suelen ser de la misma clase que el acosado. En el ciberbullying, sin embargo, entre los acosadores suele haber más presencia de mujeres, que actúan mayoritariamente en grupo, que tienen una edad media de 14 años y que en el 89% de ocasiones pertenecen a la misma clase que la víctima.
Los problemas psicológicos derivados del acoso escolar como la tristeza, la ansiedad y el miedo siguen siendo muy elevados, tanto en el acoso como en ciberacoso. Casi uno de cada diez casos el menor de edad víctima llegó a pensar o intentar suicidarse o autolesionarse en su desesperación.
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