En primer lugar, resulta conveniente anticipar que es la hipercolesterolemia o el colesterol alto. Una enfermedad demasiado común entre aquellos que nos rodean.
La hipercolesterolemia consiste en el aumento de los niveles de colesterol que se consideran normales en la sangre. El aumento de los niveles de colesterol está ligado a varios problemas, entre ellos el estilo de vida, la dieta o incluso el organismo de cada persona, ya que algunas lo reproducen con una mayor facilidad. Esta se trata también de una enfermedad hereditaria. Sin embargo, no hay que generar alarmismo puesto que es una enfermedad que se puede prevenir.
En relación con los datos, el Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular de España (ENRICA) anunciaba que el colesterol afecta a más mujeres (52, 5%) que a hombres (48,4%). Aunque realmente esta es una cifra orientativa, puesto que depende de muchos factores y también del año. Este hace referencia al 2017. Por regla general, esta enfermedad comienza a detectarse en las mujeres que se encuentran en la franja de los 65 años, mientras que en los hombres se reduce hasta los 45 años.
Es importante saber que cuando te detectan colesterol, en una primera instancia, no se van a notar los síntomas físicos que normalmente suelen estar relacionados con la alteración cardiovascular.
Como adelantábamos anteriormente, esta enfermedad se puede prevenir de una forma sencilla, por ejemplo, siguiendo una dieta equilibrada y llevando a cabo actividades físicas con un seguimiento regular. Principalmente hay que eliminar de raíz los alimentos que contengan colesterol como las grasas de los embutidos, la mantequilla, los lácteos enteros, la carne roja, la casquería o las vísceras, las gambas, los langostinos o el huevo, por ejemplo, entre otros muchos.
Una manera de eliminar estos alimentos de nuestra dieta es sustituirlos por otros que reduzcan el colesterol, como son los alimentos altos en fibra, el pescado, los frutos secos, el uso del aceite de oliva para cocinar, por ejemplo, un salteado de verduras. Y también las frutas y hortalizas.
De tal manera que evitando comer estos alimentos, sobre todo con regularidad, y haciendo ejercicio físico, no solo se pueden prevenir las enfermedades cardiovasculares, también se pueden combatir la diabetes, la obesidad y la hipertensión.
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