Una vez más, la parroquia El Milagro de San José ha celebrado su rastrillo solidario. La tradición siempre cuenta con el apoyo vecinal, pero en los últimos tiempos un nuevo público acude al Paseo San Antonio. La renovación del rastrillo también se aprecia en su organización, a la que progresivamente se suman voluntarios, cada vez más jóvenes, que conocen y sienten la tradición.
Ellos se convierten en los mejores candidatos para informar sobre las campañas. En esta ocasión, el dinero recaudado se destinará a proyectos que fomenten la integración de refugiados y desplazados en Sudán del Sur. Los 4.200 euros obtenidos servirán para garantizar el acceso a la educación de jóvenes en la comunidad de Maban.
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