El 10 de septiembre fue el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha donde los Teléfono de la Esperanza de toda España salieron a la calle y llevaron a cabo multitud de actividades. En Salamanca no se pudo celebrar el pasado viernes según argumenta su presidenta en Salamanca, María del Carmen Igea, porque se estaban celebrando las Ferias y Fiestas de la ciudad y no era el momento más conveniente.
Estas actividades se han aplazado a este viernes, 17 de septiembre. Voluntarios del Teléfono de la Esperanza estarán presentes en la Plaza de los Bandos por la mañana hasta las 14:00h y por la tarde hasta las 18:30h con una mesa donde repartirán a todo el que se acerque unas cajas con la vacuna “Salud Emocional 50”.
Esta se trata de una vacuna simbólica a la que le acompaña un prospecto elaborado por el equipo TESUIC, especialistas en prevención del suicidio del Teléfono de la Esperanza, donde se recoge información concreta sobre este tema y dónde se dan pautas sobre cómo hay que actuar en caso de que detectemos que estamos frente a una persona que tiene en mente no continuar con su vida.
M.ª del Carmen Igea, presidenta del Teléfono de la Esperanza en Salamanca ha hecho hincapié en lema de este año: “Tu salud emocional, la mejor vacuna para prevenir el suicidio”, con esto ha explicado la importancia que tiene el escuchar a las personas que se encuentran en un momento crítico sin juzgarlas. Este es justamente el papel que encabezan los voluntarios del Teléfono de la Esperanza.
A la presidenta de M.ª del Carmen Igea, la han acompañado durante la rueda de prensa los voluntarios Rosalía Rodríguez, Juan José García Carabias y Miguel Ángel Giménez quienes han revelado que las últimas estadísticas en España reflejan que en 2019 se han producido 3.600 suicidios. También han confesado que tras la pandemia en Salamanca han tenido un repunte de llamadas que se acentúa en jóvenes y adolescentes que se sitúan en la franja de los 20 años. Por el contrario, han disminuido en los adultos.
El suicidio en los medios de comunicación ha sido siempre un tema tabú, siempre la venda puesta en los ojos bien amarrada para dar la espalda a una realidad cada vez más latente. Una realidad a la que no se le puede dar un portazo ni tiene ningún sentido obviarla como si no existiera. Eso sí, hay que tratarla con cuidado porque no deja de ser un tema delicado.
Un tema para el que siempre hay que tener abiertos todos los sentidos. Dice el voluntario Juan José García Carabias que “todas las personas dejan señales, solo hay que saber leerlas”.
Dejar de comer, presentar repentinos cambios de humor, desganas a la hora de estudiar o de salir con los amigos son algunos de los síntomas a los que hay que prestar atención.
Por otro lado, es importante saber que todas las llamadas que se realicen al Teléfono de la Esperanza son totalmente anónimas. La persona que llaman no tiene que dar sus datos, tampoco lo harán los voluntarios y en ningún momento se producirá un encuentro físico entre ellos. Únicamente sucederá esto cuando se detecte que una persona necesita una atención más familiarizada, por lo que se la derivará en un profesional como un médico o un psicólogo.
Durante la rueda de prensa también han revelado que existe un protocolo que se lleva a cabo cuando se detecta que la conducta suicida está en curso. En ese caso, las personas a cargo del Teléfono de la Esperanza se ponen directamente en contacto con un operador del 112 y con un médico para que se encarguen de localizar a la persona y poder ayudarla en el momento.
Contacto del Teléfono de la Esperanza en Salamanca: 923221111, ubicado en el Paseo de San Vicente, 101, bajo
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