Una charra en Singapur: Cuando el amor y la vocación se unen

Yolanda Rodríguez, filóloga de 27 años, lleva un año y ocho meses trabajando en una academia del país asiático.

 Foto de Yolanda
Foto de Yolanda

Que decidiera estudiar Filología Inglesa y el Máster de Profesor de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Escuela Oficial de Idiomas en la Universidad de Salamanca, hacía prever que su destino podría estar ligado al extranjero, lo cual se corroboraba hace cinco años, cuando trabajaba como auxiliar de conversación en un colegio del Reino Unido gracias a una beca que compaginaba con el máster.

Aunque un par de años después regresaba a España, Yolanda Rodríguez ya había dado un paso para enfocar su futuro laboral. “Las oportunidades están basadas en las oposiciones o en el sector privado, en el que las condiciones para alguien que empieza son poco idóneas”, cuenta a SALAMANCA24HORAS desde Singapur.

Y es que este país asiático es su lugar de residencia desde hace un año y ocho meses: “Fue por un proyecto en común con mi pareja. Queríamos irnos a un país diferente y, tras recibir una oferta de trabajo, cogimos la maleta y pusimos rumbo a Asia, un lugar desconocido para nosotros”. En este rincón ejerce de profesora de español en la academia Spanish World. “Se está abriendo paso en el mercado asiático y me está permitiendo dar clase a adultos y adolescentes en la propia academia y en colegios locales e internacionales, lo cual supone una experiencia muy enriquecedora”, afirma Rodríguez.

“Cuando me mudé a Singapur, coincidí con un chico de mi pueblo (Monleras) que también emigraba junto a su mujer. Sin quererlo, acabamos viviendo uno frente al otro. Para comenzar un nuevo proyecto en un lugar tan lejos de casa es una gran ayuda tener a alguien con quien contar y con quien compartir el embutido que enviaban nuestras madres y que tanto echamos de menos… Esos primeros días fueron para adaptarse a una nueva cultura, a unos nuevos horarios y, sobre todo, a una nueva comida. Aquí la gente suele comer en puestos de comida en la calle. Cada día suponía arriesgarse a pedir un plato que no sabías si te gustaría o cuánto picaría. Tras varios errores, acabé conociendo los platos que me gustaban y ampliando mi abanico culinario con diversas cocinas: coreana, japonesa, tailandesa…”, detalla Yolanda. Su día a día, a pesar de estar marcado por el oficio, se ha tranquilizado: “Antes vivía a una hora en metro del trabajo, algo que, comparándolo con Salamanca, me parecía una locura. Eso me llevó a mudarme al centro, que tiene más ambiente. Los fines de semana intento hacer planes diferentes, como ir a la piscina (aquí siempre hace buen tiempo), hacer barbacoas o salir a cenar con los amigos, que puede llegar a ser más caro que visitar países vecinos”. Desde Singapur, esta salmantina ya ha viajado a Filipinas, Indonesia, Japón y Tailandia.

Yolanda Rodríguez asegura que la ciudad-estado de Singapur es uno de los lugares más seguros del mundo. “Puedo ir tranquilamente en el metro con el bolso abierto o con el móvil en el bolsillo trasero de los pantalones. Incluso salir de noche y volver a casa sola sabiendo que llegaré bien, hecho que, en España, parece haberse convertido en algo prácticamente imposible para una mujer. Además, es admirable ver cómo conviven diferentes culturas (china, india, malaya…) respetándose unas a otras”, explica.

A pesar de vivir feliz en Singapur, esta salmantina echa de menos a su familia, sobre todo ahora que acaba de nacer su primer sobrino. “También extraño pasar buenos momentos con mi gente en el pueblo, sentir que se para el tiempo cuando estoy ahí. Además, algo que añoro y que disfruto cuando voy a España es la comida tan rica que tenemos y los productos que, en ocasiones, nos resultan tan complicados de conseguir”, comenta antes de afirmar que Singapur le está ofreciendo unas oportunidades y condiciones que en España no tendría. “Seguir fuera me ayuda en lo profesional y en lo personal. Siento que crezco, que tengo retos diarios. Sería una pena limitarme a un país pudiendo continuar creciendo. Viajar y conocer otras culturas o continentes te mejora como persona, te abre la mente y previene el racismo”, reflexiona Yolanda. Aun así, ¿volverá a Salamanca? “No me pongo una fecha de vuelta”, responde en seis palabras unidas para dar sentido a una frase compuesta en español, el idioma que enseña y que, curiosamente, le mantiene en Singapur.

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