Situación rocambolesca en un restaurante de Alicante. La Policía Local acudió el pasado viernes a un restaurante del centro de la ciudad y encontró a una trabajadora en la cocina que era positivo por COVID. Ante tal situación, los agentes tuvieron que identificar a las 35 personas que se encontraban en el estableciente (21 clientes y 14 trabajadores), desalojar el local y clausurarlos hasta el domingo.
Ese mismo sábado, la Policía volvió a acudir al establecimiento y comprobó, junto con la Consellería de Sanidad, que otros seis empleados había dado positivo días atrás. Pero estos empleados, que estaban contagiados, sí estaban confinados en sus casas. El domingo, tras las pruebas pertinentes, el restaurante pudo abrir al no tener más infectados.
“Tanto el responsable como la trabajadora se enfrentan a unas sanciones muy graves por incumplir las medidas sanitarias adoptadas por la Generalitat Valenciana para frenar la pandemia”, se especificó desde el Ayuntamiento de Alicante. Por lo tanto, la sanción será de 30.001 euros a 60.000 euros en ambos casos pero podría ascender a 600.000 euros en el caso de que se considere acumulativa.
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