Los ahogamientos: un peligro "silencioso" que cobra hasta 600 vidas al año en España
Roberto Barcala enfatiza la peligrosa desinformación existente: "Seguimos esperando que alguien grite socorro cuando se ahoga. Pero es un proceso rápido, silencioso y difícil de detectar, que en la mayoría de los casos transcurre en menos de dos minutos. Lo mismo que tardas en contestar una llamada, cepillarte los dientes o ver un par de 'post' en redes sociales"

El Grupo de Trabajo SEMES-Socorrismo de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) ha emitido una seria advertencia sobre la verdadera naturaleza de los ahogamientos, un proceso que, contrariamente a la creencia popular, es "rápido, silencioso y difícil de detectar". Este fenómeno, que lamentablemente cobra la vida de entre 400 y 600 personas anualmente en España, ha sido el tema central de un reciente artículo de divulgación científica publicado en la 'Revista Española de Urgencias y Emergencias'. La finalidad de esta publicación es clara: concienciar a la población y a las administraciones públicas sobre los "mitos peligrosos" que rodean a los ahogamientos y la urgente necesidad de implementar medidas de prevención efectivas.
Roberto Barcala, coordinador del grupo, enfatiza la peligrosa desinformación existente: "Seguimos esperando que alguien grite socorro cuando se ahoga. Pero es un proceso rápido, silencioso y difícil de detectar, que en la mayoría de los casos transcurre en menos de dos minutos. Lo mismo que tardas en contestar una llamada, cepillarte los dientes o ver un par de 'post' en redes sociales". Esta sorprendente rapidez en el desarrollo de un ahogamiento hace que la respuesta sea crítica y dependa en gran medida de la supervisión constante y la preparación de quienes se encuentran cerca.
Factores de Riesgo y Falsas Sensaciones de Seguridad
El estudio realizado por SEMES-Socorrismo ha identificado varios factores de riesgo clave que contribuyen a estas tragedias. Entre ellos se destacan la falta de supervisión directa en menores de edad, especialmente preocupante entre las 15:00 y las 18:00 horas, un periodo de alto riesgo. También se incluyen diversas conductas de riesgo como el uso de teléfonos móviles mientras se vigila a los niños, el baño con bandera roja, el consumo de alcohol, los saltos desde alturas y el alquiler de embarcaciones sin la formación adecuada. Además, se ha observado una peligrosa falsa sensación de seguridad proporcionada por el uso de flotadores y manguitos, o la creencia errónea de que todas las personas saben nadar. Estos factores, combinados, resultan en la atención asistencial de entre 1.200 y 3.000 personas al año debido a ahogamientos o incidentes relacionados.
Consejos esenciales para la prevención
Para mitigar estas situaciones, los especialistas de SEMES-Socorrismo ofrecen una serie de recomendaciones fundamentales. Aconsejan la vigilancia directa y constante de los menores de seis años, el uso de barreras físicas en piscinas para limitar el acceso no supervisado, el aprendizaje de habilidades básicas de natación desde una edad temprana y la formación y el entrenamiento en seguridad acuática desde la etapa escolar.
Asimismo, se ha instado a la población a familiarizarse y aplicar un protocolo de rescate seguro en caso de presenciar un ahogamiento, especialmente para personas sin experiencia. Este protocolo incluye lanzar algo que flote para que la víctima pueda agarrarse, alcanzar a la víctima con una extensión como un palo o una pértiga, y, crucialmente, no entrar en el agua si no se tiene experiencia o formación en rescate. Los expertos también abogan por una regulación más estricta del uso de embarcaciones recreativas, la elaboración de planes de gestión de riesgo en inundaciones y la enseñanza universal de maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
El rol indispensable de la enfermería de urgencias
Barcala advierte que ignorar estos consejos puede llevar a "retrasos críticos" en el rescate y la activación de los servicios de emergencia, un problema que se agrava durante el verano, cuando se concentra el 75 por ciento de todos los casos de ahogamiento. En este contexto, la especialidad de Enfermería en Urgencias y Emergencias es considerada "fundamental". Barcala subraya que su rol va más allá de la atención en primera línea: "También somos claves en formación, prevención y educación sanitaria. Nuestra preparación específica permite reducir tiempos de respuesta, mejorar la atención inicial y, en muchos casos, marcar la diferencia entre la vida y la muerte". La concienciación y la aplicación de estas medidas preventivas son esenciales para revertir la preocupante estadística de ahogamientos en España y proteger a la población de un peligro a menudo subestimado.
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