Exposición a luz artificial y trabajo con horario partido: un riesgo creciente para el cáncer de colón, mama y próstata

La alteración de los ritmos biológicos aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer de mama, colon y próstata

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Cáncer de mama. Foto EP
Cáncer de mama. Foto EP

El trabajo en turnos rotativos, en especial durante la noche, junto con la exposición excesiva a la luz artificial en entornos urbanos, está vinculado a un incremento en el riesgo de padecer cáncer de mama, colon o próstata. Estos tipos de tumores, relacionados con el equilibrio hormonal, podrían prevenirse mediante una reducción de los factores que contribuyen a la alteración de los ritmos circadianos, según advierte la Sociedad Española de Sueño (SES), según ha informado Europapress.

En España, estos cánceres tienen una incidencia significativa, y según diversas organizaciones científicas, cada año se diagnostican más de 90.000 nuevos casos.

La doctora Antonia Tomás Loba, experta en cronobiología y miembro de la SES, señala que la alteración del ritmo biológico natural afecta el equilibrio interno del organismo. Con el tiempo, esta disrupción puede desencadenar trastornos metabólicos, alteraciones en la función mitocondrial y desequilibrios en la microbiota intestinal, factores que elevan el riesgo de desarrollar cáncer.

"Las evidencias científicas indican que las personas que trabajan en turnos rotativos tienen hasta un 40% más de probabilidades de padecer tumores hormonodependientes", explica Loba. Este fenómeno es especialmente preocupante, ya que los casos de cáncer de mama y colon están apareciendo a edades más tempranas de lo habitual.

Además, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó en 2017 el trabajo en turnos como un factor probablemente carcinogénico para los humanos.

El impacto de la exposición nocturna a la luz artificial es otro factor determinante. La iluminación excesiva confunde al organismo, haciéndole creer que aún es de día y alterando los patrones de sueño naturales. "Estudios recientes indican que en las ciudades con mayor contaminación lumínica hay una incidencia superior de estos tipos de cáncer", subraya Loba.

Si bien este campo de investigación sigue en evolución, los datos actuales refuerzan la relación entre la alteración del ritmo circadiano y el aumento del riesgo de cáncer. Adoptar medidas para minimizar la exposición a la luz artificial por la noche y promover hábitos que respeten los ciclos naturales del sueño podría ser clave para reducir la prevalencia de estos tumores.

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