La joven activista sueca Greta Thunberg ha hecho un llamamiento a la sociedad mundial a participar en las más de 2.500 'Huelgas climáticas' que se celebrarán el próximo 25 de septiembre, coincidiendo con la semana climática y la Asamblea General de Naciones Unidas.
En una rueda de prensa virtual, Thunberg ha participado junto a activistas de Juventud por el Clima de todos los continentes en el llamamiento a la población a seguir luchando contra la emergencia climática.
"Tengo la suerte de vivir en una zona privilegiada del planeta", ha reconocido la activista que, sin embargo, asegura que "no hay ninguna otra opción" que luchar contra la emergencia climática para evitar más muertes de personas y un mayor perjuicio del planeta.
Greta ha dicho que toda la sociedad debe hacer cambios y dar lo mejor de sí misma para seguir en esta lucha. Por eso ha llamado a manifestarse "otra vez" el próximo 25 de septiembre contra el cambio climático y esta crisis social agravada por el coronavirus. "Tenemos que tratar esta crisis como una crisis conjunta, porque esta es una emergencia global" --opina--."Una de las cosas más importantes es recordar que la gente sufre".
Por eso, ha insistido en la urgencia de actuar porque la gente muere ya hoy por culpa de la crisis climática y ha celebrado el "privilegio" que tienen los jóvenes climáticos que pueden hablar en gran parte del mundo frente a otros lugares en los que hacerlo es "ilegal" porque no se respetan los derechos humanos.
Además de Greta Thunberg, han participado en la rueda de prensa representantes de Juventud por el de Kenya, India, Colombia, Filipinas y Argentina que han expuesto los fectos actuales reales que está provocando la emergencia climática junto con los de la pandemia del coronavirus en sus distintos países y aseguran que no habrá justicia ambiental sin justicia social.
En definitiva, el movimiento insta a participar en la Huelga Climática y apela a una mayor unión de la población a nivel local, regional y mundial y se refiere expresamente a los líderes mundial para que actuen contra el cambio climático. Asimimo, han reclamado que los países del norte reconozcan los daños que provocan y han provocado a consecuencia de su desarrollo en los países del sur, que sufren los peores efectos del cambio climático al tener menor capacidad de mitigación y adaptación.
La organización pedirá acción climática urgente a través de huelgas tanto virtuales como presenciales en las calles bajo las regulaciones permitidas en el marco de la pandemia del COVID-19 en los distintos países.
CAMBIO DE CIRCUNSTANCIAS
Precisamente, hace un año los días 20 y 27 de septiembre, coincidiendo también con la semana de la celebración de la Cumbre Climática convocada en Nueva York en los días previos a la Asamblea General de la ONU, millones de personas en todo el mundo participaron en las marchas y huelgas climáticas convocadas en cerca de 160 países de todo el mundo.
El movimiento de jóvenes alcanzó la fuerza suficiente como para que por ejemplo el alcalde de Nueva York diera por justificada la ausencia a los centros educativos en esos días. Los jóvenes se inspiraron en las huelgas climáticas que la joven sueca había iniciado menos de un año antes, cuando cada viernes se saltaba las clases para manifestarse frente al parlamento sueco para pedir a sus gobernantes una acción urgente contra el cambio climático.
La joven, que se tomó un año sabático para llevar su lucha por todo el mundo, cruzó el Atlántico durante el verano en el velero ecológico del príncipe de Mónaco, Pierre Cashiragui, y llegó a Nueva York a principios de septiembre. Durante ese mes participó en numerosas actividades en Canadá y distintos estados de Estados Unidos antes de encabezar la marcha en Nueva York.
A continuación fue viajando hacia el sur, pues su plan inicial era llegar a Chile donde estaba prevista la celebración de la XXV Cumbre del Clima que, por las revueltas sociales en el país se suspendió y ante el ofrecimiento de España para acoger el evento multilateral, saltó el Atlántico.
Greta, que no tenía previsto viajar en avión para evitar las emisiones asociadas a este transporte, logró finalmente que una familia que estaba dando la vuelta al mundo en un catamarán la recogiera en la costa este de América y finalmente, la joven pudo llegar a Lisboa, con el tiempo necesario para participar en la COP25 en Madrid.
Tras su periplo, la joven dio por terminado su año sabático y se incorporó tras el verano a su escuela en Estocolmo (Suecia), desde donde sigue promoviendo la acción climática.
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