Leo Messi ha tomado una decisión: piensa seguir jugando en el Barça. Lo anunció a través de una entrevista en Goal, donde dio sus motivos para seguir adelante. "Hace tiempo que no hay proyecto ni hay nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros", apunta el argentino como uno de los motivos para su salida, según informa el diario El Mundo.
Leo también explicó por qué envió un burofax al club para comunicar sus intenciones. "Fue para hacerlo oficial de alguna manera. Durante todo el año llevaba diciéndole al presidente que me quería ir, que había llegado el momento de buscar nuevas ilusiones y nuevos rumbos en mi carrera. Él me dijo todo el tiempo: 'Ya hablaremos, que no, que esto y lo otro', pero nada. Por decirlo de alguna manera, el presidente no me daba 'bola' a lo que le estaba diciendo", ha reconocido en la entrevista a Goal. Y ha añadido: "Mandar el burofax era hacer oficial que me quería ir y que quedaba libre y el año opcional no lo iba a usar y me quería ir. No era para montar un lío, ni para ir en contra del club, sino la manera de hacerlo oficial porque mi decisión estaba tomada...".
El caso es que Messi jugará en el Barça, al menos, hasta el 30 de junio del año que viene. A pesar del citado burofax que le hizo llegar al club el pasado 25 de agosto, en el que oficializó su intención de dejar unilateralmente el Camp Nou, acogiéndose a una cláusula que la entidad no considera aplicable y el comunicado de su padre y representante, Jorge Messi, en el que desmentía que su cláusula de rescisión siga siendo de 700 millones de euros, el crack argentino descarta hacer ya mismo las maletas, a pesar de que esa era inicialmente su intención.
La perspectiva de verse abocado a un conflicto judicial con el Barça, dado que su presidente, Josep Maria Bartomeu, se ha cerrado en banda a negociar cualquier salida pactada, ha pesado mucho más que su deseo de desvincularse del club: "Jamás iría a juicio contra el club de mi vida, por eso me voy a quedar en el Barcelona".
No en vano, lleva ya 20 años como azulgrana, 15 de ellos en el primer equipo. Los constantes tropiezos europeos a los que se ha visto abocado el equipo en los últimos años, con el 2-8 encajado ante el Bayern como último ejemplo, se han esgrimido como el detonante de un intento de marcharse del club que, al final, podría quedarse en nada.
Los últimos proyectos deportivos del Barça no han sido muy del agrado de un Messi que ya le hizo llegar al nuevo técnico, Ronald Koeman, que se veía más fuera que dentro del club. Un hastío que podría haberse visto incluso agudizado después de que el técnico azulgrana le comunicara a Luis Suárez, con quien se lleva de maravilla tanto dentro como fuera del campo, que no entraba en sus planes. La perspectiva de afrontar la temporada sin su buen amigo, que vive prácticamente puerta con puerta con él en una localidad costera muy próxima a Barcelona, habrían reforzado su intención de marcharse. Mientras, desde Italia se especula incluso con la posibilidad de que la continuidad del argentino venga de la mano de la del delantero uruguayo, quien ha estado en las últimas horas en la órbita de la Juventus de Turín.
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