Se repite la tragedia: muere otra mujer de cáncer sin recibir tratamiento por la pandemia de COVID-19

"Mi hija no ha muerto de COVID, pero lo ha pagado igual"

 Mujer en la consulta de un medico
Mujer en la consulta de un medico

Lidia González tenía 22 años cuando falleció el pasado julio a causa de un tumor cerebral mientras esperaba los resultados de unas pruebas que nunca llegaron y sin haber sido diagnosticada ni haber recibido ningún tipo de tratamiento. La madre de la joven denuncia que esta demora por parte de la Sanidad de Castilla y León a causa de la pandemia de COVID-19 le ha costado la vida a su hija, según informa el diario digital 20minutos. 

Natural de Mergal de Fernamental (Burgos) y residente en Palencia, donde trabajaba como higienista dental, Lidia comenzó a notar los primeros síntomas el pasado mayo, en plena pandemia de coronavirus y con el país inmerso en el confinamiento, según informa el periódico El Norte de Castilla.

Se mareaba, tenía náuseas y empezó a perder visión, por el Hospital Clínico de Valladolid, donde fue atendida, decidió operarla "cuanto antes" ante la sospecha de que padecía un tumor cerebral de gran tamaño en el lado izquierdo del cerebro. En ese momento, explica su madre, comenzó el calvario de la joven.

Tras recibir el alta, los médicos aseguraron a Lidia y su familia que los resultados de la biopsia del tumor extraído, que debían poner nombre al cáncer y asignar el tratamiento más adecuado, tardarían solo unos días. Sin embargo, se retrasaron más de dos meses y no llegaron hasta julio, cuando la joven ya había fallecido.

La madre de Lidia reprocha a Sanidad que, cuando, ante el rápido deterioro de su hija, se interesó por los resultados de las pruebas, llegaron a recriminarle que "era muy pesada" y a preguntarle si creía que las "pruebas tardaban poco" y que había "mucho trabajo por el coronavirus.

"Mi hija no ha muerto de COVID, pero lo ha pagado igual", lamenta la madre en declaraciones al periódico castellanoleonés, y afirma que a Lidia "la dejaron morir sin decirles qué estaba pasando". En este sentido, recalca que no pide nada, porque a su hija no la va a recuperar, pero quiere que se conozca "la injusticia" cometida con la joven.

No es el primer caso en el que la saturación de los hospitales durante la pandemia ha provocado el fallecimiento de pacientes con otras patologías que no han podido recibir tratamiento o un diagnóstico.

Sonia Sainz-Maza murió de cáncer de colonsin una sola cita médica presencial, después de más de tres meses de atención telefónica. A pesar de los intentos de esta burgalesa de Espinosa de los Monteros por ser explorada por un facultativo, la pandemia de COVID-19 provocó que no recibiera esa cita en el centro de salud y que, cuando tuvo el diagnóstico, ya fuera tarde.

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