A raíz de la pandemia provocada por la COVID-19 muchos estudios han revelado que se ha producido un aumento de divorcios a causa de infidelidades en la pareja. Las cifran oscilan entorno al 25% de matrimonios separados. Y la pregunta es ¿por qué? La responsabilidad recae directamente en el virus, pero ¿realmente está siendo la COVID-19 la culpable de las rupturas?
Aferrarse a la vía rápida, cubrirse con la excusa fácil es lo común, y en este momento el coronavirus a muchos les ha venido como anillo al dedo. Hablamos de las infidelidades. Descubrir sentimientos nuevos, contradictorios y confusos respecto a nuestra pareja es algo más común de lo que nos pensamos. Sentir eso no significa que seamos bichos raros. Este es un sentimiento por el que pasan la mayor parte de las personas cuando su corazón está ocupado, ¿la razón? Dejar de ser dos, para ser uno.
Para muchas personas cargar con la condena, con el peso, con los problemas de su pareja es algo que se le viene grande, y esto sumado a un encierro, a limitar el contacto social ha hecho que muchos opten por lo fácil, echar balones fuera, tirar la toalla, evadir responsabilidades y buscar aire fresco, nuevas experiencias, nuevas personas… Las redes sociales en este sentido han jugado un factor clave y el aburrimiento ha sido un gran incitador.
Sentirse vacío en alguna ocasión es de lo más común, un sentimiento que se está experimentando cada vez más tras la pandemia, la que ha supuesto un choque brusco, un cambio radical, un frenazo en nuestra vida. Y a veces los frenazos vienen bien para renovarse, para esclarecer sentimientos sobre todo. El cambio de rutina, el aislamiento, el aburrimiento, la tristeza y la escasa intimidad ha provocado un coctel de emociones en muchas personas que no han sabido gestionar, y han optado por la vía fácil. Huir. Por ello, las causas de deslealtad tras la pandemia se han incrementado.
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