La Navidad deja imágenes crueles como la de un ciudadano de Reino Unido que abandonó a su perro en plena calle, pero también otras mucho más amables incluso con los mismos protagonistas.
En Turquía, un submarinista de la Policía se lanzó al agua helada debido a las gélidas temperaturas del lago Van para salvar a un perro que había caído y se encontraba paralizado, casi en estado de congelación.
Ante una gran expectación, y rompiendo placas de hielo, logró llegar hasta donde se encontraba el can y salvarlo aún con vida, para trasladarlo posteriormente a un centro veterinario, donde le recuperan del estado en el que se encontraba.
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