Casi 400 millones de personas en el mundo sufren algún tipo de pérdida auditiva discapacitante, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, lo que corresponde con el 5% de la población mundial. Aunque estos problemas se producen en muchas ocasiones por causas genéticas o biológicas, hay otros factores externos que afectan a la audición y que son evitables. En este sentido este 3 de marzo se celebra el Día Internacional de la Audición, una fecha marcada en el calendario que tiene como finalidad concienciar acerca de la importancia de los tratamientos y el cuidado de los oídos.
En Salamanca, según las cifras aportadas a finales del pasado año eran alredededor de 900 las personas con algún tipo de discapacidad auditiva las que cuentan con problemas en múltiples ámbitos de la vida en los que se avanza pero lentamente.
Es en el ocio donde hay mayores problemas, ya que no se cuenta con espacios para ellos, como denuncian las diferentes asociaciones. Los cines rara vez cuentan con subtítutlos y los teatros no cuentan con intérpretes o sistemas de apoyo a la comunicación oral para personas con audífonos.
En el día a día, sin embargo, son muchos los obstáculos que todavía se encuentran. En el colegio, no se cuenta con intérpretes permanentes, aunque sea en centros preferentes: el Juan Jaen, en Infantil y Primaria; y el Venancio Blanco, en Secundaria. Lo mismo ocurre con el servicio de logopedia. Queda, así, a la destreza y buen hacer los profesores que, es lógico, en el caso de estar en una clase con más niños y niñas, no puede centrarse exclusivamente en aquel que padezca la discapacidad auditiva.
El hospital y los centros de salud son otros lugares en el que siguen existiendo problemas. La megafonía sigue siendo el método utilizado para llamar a la gente a consulta. Ya dentro, en muchos casos, se necesita un intérprete para comunicarse. Pequeñas cosas que, a ojos de esta parte de la sociedad, resultan aún grandes.
Así, el lema de este año es 'Escuchar al futuro', para intentar integrar a estas personas con discapacidad en la sociedad y evitar el alto coste que suponen los casos de pérdida auditiva, de más de 750.000 euros anuales a nivel mundial, una cifra que podría verse reducida gracias a la prevención y a una mayor concienciación social.
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