La Virgen de los Dolores es la encargada de iniciar la Semana Santa albense con la procesión del Vía Crucis. Los devotos han acompañado a la virgen por las calles de la villa bajo un silencio imperturbable. La oscuridad y la emoción han protagonizado una procesión desde la Iglesia de San Pedro hasta la Iglesia de San Juan, pasando por la Plaza Mayor de la villa.

La talla policromada de la Virgen de los Dolores es del siglo XVII, de la escuela castellana de Gregorio Fernández. La figura representa con viveza y realismo a la Virgen de las siete espadas en que la Madre de Dios, delante de la Cruz muestra el más profundo dolor y asolamiento ante la pérdida de su Hijo. 

La Dolorosa apoya su mano derecha sobre las siete espadas que le clavan en el pecho, símbolo de los siete dolores que sufrió a lo largo de su vida: La Presentación en el Templo, La Huida a Egipto, el Niño perdido en el Templo, El Camino del Calvario, La Crucifixión, El Descendimiento, y El Entierro. Durante el resto del año ocupa la hornacina de un retablo barroco en la iglesia románico-mudéjar de San Juan.

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