El procurador por Ciudadanos en las Cortes, Francisco Igea, ha afirmado este sábado que “Castilla y León ya era una comunidad conservadora, ahora he de decir que empieza a ser una comunidad neorrancia”.
Igea cargó contra las políticas del consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, y le acusó de “hacer de sus aficiones su política”. “La agenda del consejero tiene estos días 25 actos taurinos entre novilladas y corridas”, incidió el procurador, mientras destacó la necesidad de “mirar al futuro”, que justificó indicando que “si no vamos a acabar siendo una comunidad con tortícolis”.
Francisco Igea acudió en la mañana de este sábado a la localidad albense, donde ha afirmado que “No tenemos que conformarnos con haber sido grandes, tenemos que procurar seguir siéndolo, mirar al futuro”, remarcó mientras señaló una “notable preocupación” en Salamanca debido a la “ausencia de política de futuro a nivel cultura, industrial y de conocimiento”. Igea también hizo hincapié en la ausencia de un proyecto para el FACyL, y advirtió de que las políticas culturales tienen que ser compatibles con la tradición y la modernidad.
Preguntado por la situación del español en Salamanca, señaló que “tiene que seguir siendo la capital del español”, además de poner en valor el castellano como “patrimonio de todos”. El procurador de Ciudadanos aprovechó para incitar a la actual Consejería de Cultura a “seguir el ejemplo” que llevó su partido en la pasada legislatura al frente del área, con proyectos en Salamanca como el Festival Internacional de Literatura o el programa Escenario Patrimonio.
Presupuestos Generales
En su atención a los medios, Francisco Igea también hizo referencia al anuncio de los Presupuestos Generales del Estado, que afirmó haber recibido con “relativa sorpresa” al no aparecer en ellos el Corredor del Atlántico. Además, lamentó que la unanimidad por la que se acordó el proyecto “no se volverá a dar en el Congreso de los Diputados.
Con ello, volvió a insistir en que “Salamanca necesita apostar por su Universidad, por la modernidad, la logística imprescindible que supone el Corredor del Atlántico y por una política cultural moderna que tire también de un turismo de calidad”. Así, terminó indicando que “nos resignamos a quedarnos siempre con el pasado, que es glorioso y hay que cultivar, pero no es suficiente”.
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