Casi al completo estaba la corporación municipal que, al igual que el resto, disfrutaron del coro y el acompañamiento del Mariquelo. También presentes las águedas, con sus ricos trajes charros fueron protagonistas un año más para bailar al Santo. La vuelta por la avenida de Madrid fue recogiendo gente que se sumó a la procesión para volver al punto de partida, la plaza de la Iglesia. Megáfono en mano, el párroco, Pedro, quiso hacerse oír en sus deseos. ¡Viva San Blas! ¡Felices Fiestas!, vitoreado por los centenares de asistentes.
 

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