Atrás queda la buena nueva recibida por los vecinos de Arribes sobre la decisión de volver a contar con las urgencias médicas nocturnas en los centros de salud de Villarino de los Aires y Barruecopardo. Hoy, 15 de octubre, se cumple exactamente un año desde que la Consejería de Salud de la Junta de Castilla y León decidiera suprimir este servicio sanitario por razones que atendían a la racionalización de gasto. Polémica actuación a la que no quedó otra que darle la vuelta y dar marcha atrás para que en el mes de septiembre volviera a quedar instaurada la atención sanitaria continuada en la Comarca de Vitigudino tal y como así venía siendo hasta ahora.
 
Mientras, y ante este cierre definitivo, la movilización vecinal comenzó entre protestas y la constancia de las personas de Arribes que noche tras noche se encerraban en los centros de salud para así obligar la presencia médica en los centros sanitarios y permitir acudir a las situaciones y llamadas de urgencia que pudieran producirse entre las 22:00 horas de la noche y las 08:00 horas de la mañana. Las reclamaciones se centraban en la elevada edad de la población residente en Arribes y la distancia que separaba a los centros de salud afectados por el cierre con los municipios de cabecera (Aldeadávila de la Ribera y Vitigudino). Otro agravante que denunciaban los vecinos, el tiempo que tardaban en acudir a los centros sanitarios abiertos en suma con la peligrosidad y estado de muchas carretera de la comarca poniendo en jaque una asistencia médica adecuada.
 
Y así fue, noche tras noche, hasta sumar más de 250, hasta que a finales de junio un pacto entre Partido Popular y Partido Socialista permitió dar marcha atrás en esta decisión como ya dicho anteriormente. El pasado mes de agosto se comunicó la apertura total de las urgencias médicas nocturnas en Arribes, que venía apoyada por la apertura en casos puntuales (Semana Santa y verano) debido a la afluencia de visitantes. Ahora, este punto negro en la atención médica arribeña queda para el recuerdo. Todo ello, y hay que reconocerlo, gracias a la fe y constancia que nunca se perdió mediante la unión de los vecinos por reclamar algo que consideraban les pertenecía y era justo: una sanidad adecuada para los vecinos de la Salamanca rural y sin diferencias con respecto a otras zonas, un derecho de las personas. Arribes quiere vida, y tiene vida.

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