Como cada año, Pereña disfruta por estas fechas de sus fiestas patronales en honor a la Virgen del Castillo, imagen venerada en toda la comarca y a la que se rinde culto con actos religiosos como la tradicional misa y la procesión posterior, y en otros más paganos como la comida de confraternización que comparten todos los habitantes de la localidad.

El castro del Castillo vuelve a ser el epicentro de la celebración gastronómica en la que se pueden degustar las mejores viandas de la zona para poner el broche de esta forma a varias jornadas de actividades.

La leyenda de la virgen

Cuenta la leyenda que en el siglo XVI, con los primeros calores estivales aún en la época de las flores, un pastor se dirigía hacia la cima del denominado Berrocal cuando la fatiga le hizo flaquear. Aún era mediodía y el sol arreciaba con fuerza sobre el culmen del firmamento. Carecía de agua, pues había dado buena cuenta del líquido elemento durante la ascensión. Así que, extenuado, fue envuelto por las garras de Morfeo y el zagal se desplomó sobre la tierra.

Durante la forzosa siesta soñó con la existencia de un antiguo castillo en el mismo lugar en que él se encontraba. Y en el interior de la fortaleza, la imagen de una virgen que fuera escondida para evitar que cayera en manos de los musulmanes. Al lado del castillo había un generoso manantial que bañaba las rocas. Fue el arrullo del agua el que precisamente le devolvió a la realidad. El sueño le había hecho recordar la existencia de un arroyo denominado la Fuente Santa, donde a un compañero se le apareciera la Virgen para darle de beber.

 

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