El colectivo ambientalista criticó desde un primer instante el inicio de la explotación minera en la provincia pues la entiende contraria a la conservación del ecosistema de dehesas, “ante la situación de riesgo en que se encuentra este hábitat antrópico creado por el hombre”. En esa línea considera prioritario el respeto a todos aquellos ecosistemas protegidos “con objeto de contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres”. De igual modo, recuerdan que el entorno donde se instalará la mina es zona de especial protección para las aves.
Por su parte, la empresa ha reiterado en multitud de ocasiones que la extracción de uranio no entraña riesgos para la salud o el medio ambiente puesto que en su plan de explotación del hábitat minero se incluye la aplicación de medidas necesarias para evitarlos. De igual modo, el proyecto se adapta a las exigencias del Consejo de Seguridad Nuclear.
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