Este tipo de trastornos se han convertido, en los últimos años, en un grave problema de salud pública, tanto por la gravedad que estas patologías adquieren con el tiempo, como por la alarma social que ha despertado frente a la, cada vez más frecuente, aparición de estos trastornos.

Labrador ha destacado que “junto a los jóvenes que padecen un trastorno relacionado con la alimentación hay una cantidad considerable de menores que presentan conductas de riesgo relacionadas con la aparición de estos trastornos”. Así, según los últimos estudios con adolescentes, un 7,1% de los chicos y un 34,1% de las chicas han iniciado una dieta para adelgazar en el último año, mientras que un 1,1% de los chicos y un 9,1% de las chicas se han provocado el vómito con la intención de adelgazar.

La edil de Familia explicó que “un joven que está empezando a desarrollar una anorexia o una bulimia puede pasar desapercibido para su entorno ya que la diferencia entre la salud y la enfermedad es, en sus orígenes, muy sutil y es difícil diferenciar al adolescente que se pone a dieta porque es la moda y acaba dejando la dieta pasadas unas semanas, del joven que, con idéntico inicio, acaba desarrollando un trastorno”.    

    

Los centros educativos proporcionan un contexto ideal para el abordaje de este tipo de problemas y fijan como objetivos transmitir la importancia de unos hábitos alimentarios saludables, contribuir a impulsar la iniciativa personal y la creatividad al afrontar los problemas, desarrollar el sentido crítico con los valores estéticos imperantes y colaborar en el aumento de su propia aceptación y la aceptación de los otros.

En  cuanto a las sesiones realizadas con los padres se ha buscado transmitir nociones básicas sobre síntomas de los diferentes trastornos de alimentación y sus causas, ayudar a reconocer señales de alarma a la hora de percibir estos trastornos y dar pautas sobre las actuaciones a llevar a cabo cuando exista sospecha de que un hijo puede sufrir un TCA.

Los contenidos tratados en este programa han sido los hábitos saludables, la Impulsividad, la publicidad y medios de comunicación, la asertividad, el perfeccionismo, la belleza e imagen corporal y la autoestima y se han impartido a unos 100 alumnos de ESO y FP.

Labrador explicó que “nuestra intención es conseguir que este programa tenga continuidad y que pasen por él el mayor número de alumnos porque está despertando gran interés y una vez realizado en el IES Torrente Ballester hemos comenzado en el centro de Formación Profesional Hernández Vera”.

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