Desde los confines del cañón del Duero se levanta un cerro, conocido como el teso del Berrocal, situado a unos tres kilómetros de Pereña de la Ribera, entre peñascales y farallones con el río al fondo, coronado por una ermita, en la cual se venera a la Virgen del Castillo. Advocación que comparten Pereña, Yecla de Yeltes, Vilvestre y Villaseco de los Reyes. Este templo se puede considerar como el centro de advocación mariana de La Ribera, donde acuden los habitantes de esta comarca salmantina rayana en romería el 14 de mayo, para rendir culto a la Virgen, ya que, según la tradición, ése fue el día que se produjo el hallazgo de la Virgen Chica en 1721, dentro de la piedra blanca donde se asentó la imagen de la Virgen Mayor.

Antiguamente, muchos de los romeros/peregrinos realizaban el recorrido a pie desde sus respectivos pueblos de origen en virtud a diversas promesas. Otros, hoy día los más, acuden al castro del Castillo a divertirse y para no perder la costumbre y, de paso, celebrar una merienda en el campo si el tiempo acompaña -como aconteció este fin de semana-: cordero y cabrito, asado, embutidos, costillares de cerdo, tortillas de patata, paellas, hornazos, los exquisitos 'preñaos' de Pereña y el buen vino de La Ribera.

Además, el Ayuntamiento organiza, para la ocasión, un convite -este año de 'chochos', aceitunas y sangría-, y música. Como este año el 14 cayó en lunes, fue el fin de semana cuando se celebraron los principales actos de las fiestas. Como la verbena del sábado, los juebos para niños y la chocolatada.

En cuanto a los actos religiosos, éstos se circunscriben a una eucaristía muy concurrida a la que los fieles acuden con sus plegarias, devoción y súplicas a la Virgen. En este acto, además, se besa la reliquia que se porta en custodia. Antaño se hacía procesión alrededor del templo, que ahora se ha perdido.

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