Se cumplen este viernes 50 años desde que Francisco Franco, su homólogo portugués António de Oliveira Salazar, el ministro de obras públicas, Jorge Vigón Suero-Díaz, el presidente de Iberduero, Pedro de Careaga y Baseabe y los gobernadores civiles de las provincias de Salamanca y Zamora inauguraran oficialmente esta mastodóntica obra de ingeniería hidroeléctrica. Los trabajos se habían iniciado en 1956. Seis años más tarde se puso en marcha por vez primera y no fue hasta el 17 de octubre de 1964 cuando inició oficialmente su andadura.
En aquel entonces se convirtió en la mayor central de la Europa occidental y supuso doblar la energía de Iberduero, un logro para la Compañía y para España, pues fue una palanca en el despegue económico de los años 60 y 70, regulando frecuencia-potencia en tiempo real.
El Duero, recoge todas las aguas de Castilla y León, pasa por angostos desfiladeros en los poco más de 100 Kilómetros de Las Arribes fronterizas con un desnivel de 450 metros, y ofrece así las condiciones óptimas para los embalses y la producción de esta energía.
Asimismo, los excelentes escenarios naturales de Las Arribes y, en concreto, el mayor cañón natural de la península Ibérica, el del Duero en la presa de Aldeadávila y las galerías subterráneas de la central, han sido escenarios cinematográficos de películas como doctor Zhivago o La Cabina.
Coincidiendo con la celebración, extrabajadores de Iberdrola que participaron en la construcción y puesta en marcha de la central hidráulica de Aldeadávila, se reunieron para rememorar aquellos años y celebrar las bodas de oro de esta impresionante obra de la ingeniería y técnica española.
Con el paso de los años, aparte de su aportación energética el embalse se ha convertido en uno de los grandes atractivos turísticos de Las Arribes. Cada año son miles las personas que se acercan, bien por carretera bien desde el río, a sus inmediaciones para admirar de cerca una de las grandes creaciones de la mano del hombre.
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