La Junta de Castilla y León ha adecuado la antigua declaración del casco antiguo de Peñaranda de Bracamonte, ubicado al nordeste de la provincia de Salamanca, como Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico. El casco antiguo de esta localidad fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1973, pero la inexistencia de una delimitación espacial del conjunto exigido por la actual Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León, ha hecho imprescindible adecuar la declaración dentro de la categoría Conjunto Histórico y delimitar un entorno de protección para garantizar sus valores, su contemplación, apreciación y estudio.

 

La ubicación privilegiada de Peñaranda de Bracamonte como encrucijada en la Cañada de las Merinas determinó su desarrollo por ser un importante centro comercial, al que Juan I otorgó la concesión de un mercado semanal en 1375. Este mercado fue el motor económico de la villa y dio lugar al desarrollo de una variada industria. En el siglo XV, Peñaranda se convirtió en capital del condado y señorío de los Bracamonte, llegando a alcanzar su máximo esplendor en el siglo XVII gracias al impulso de esta familia, que patrocinó la construcción de edificios de gran valor arquitectónico, como el Convento de las Madres Carmelitas, declarado Bien de Interés Cultural. La estructura urbana se caracteriza por la existencia de tres plazas sucesivas que conforman el casco antiguo, cuyo origen está vinculado al mercado semanal y que constituyen el centro neurálgico de la vida ciudadana: la plaza de Agustín Martínez Soler, la Plaza de la Constitución y la Plaza de España.

 

La plaza de Agustín Martínez Soler, de planta cuadrada, cuenta con soportales para acoger el mercado semanal y en ella se ubicaban las casas más nobles de Peñaranda, con fachadas de ladrillo y vanos amplios, enmarcados en blanco, pequeños balcones y singulares soluciones decorativas en dinteles y aleros. Las cubiertas son de teja árabe.

 

En la primera mitad del siglo XVI, las necesidades de un mercado cada vez más próspero dan lugar a la plaza de la Constitución, antes conocida como la plaza antigua del Ganado o de Arriba, y a la plaza de España, antes llamada de la Corralada o de Abajo.

 

La plaza de la Constitución cuenta con construcciones en adobe, tapial o ladrillo con arcos adintelados. El Ayuntamiento, del siglo XVI, se distingue del resto de los edificios por sus arcos carpaneles realizados con sillares de piedra, propios de un edificio insigne. La plaza de España presenta un aspecto más urbano, ordenado y regular. Las casas están construidas en ladrillo visto con decoración geométrica y conservan su carácter tradicional. Los pilares y columnas han sido rescatados de antiguos edificios, aunque continúan manteniendo su estructura medieval. Se pueden observar algunas columnas de hierro características del siglo XIX.

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