La administración fundamenta la decisión argumentando que el consumo de materias primas y recursos naturales no se considera significativo debido a la propia naturaleza del proyecto, dirigido exclusivamente a mejorar las condiciones del depósito y exento de cualquier tipo de explotación posterior.
De igual forma estima que el riesgo de accidentes “no será significativo, siempre que se cumplan las medidas correctoras establecidas en la documentación y el plan de seguimiento y vigilancia, con el fin de controlar los riesgos de emisiones de olor, polvo, gases o la generación de lixiviados que contaminen los suelos y las aguas subterráneas así como la integridad del sellado”.
Una vez analizados a fondo los proyectos, la Junta también precisa que en ambos casos no afecta a ningún área de sensibilidad ecológica, no tiene coincidencia territorial con ningún espacio natural incluido en Red Natura 2000, y está fuera de la Red de Espacios Naturales. Al mismo tiempo tampoco afectan a ningún hábitat natural ni especie de interés comunitario, a ninguna superficie forestal, a ningún ejemplar incluido en el Catálogo de Especímenes Vegetales de singular relevancia de Castilla y León, a ninguna zona húmeda incluida en el Catálogo de Zonas Húmedas de Castilla y León, a ningún Monte de Utilidad Pública, Protector o con otra figuras de especial protección o propio de la Comunidad de Castilla y León y a ninguna vía pecuaria.
El sellado busca la mejora de los potenciales impactos actuales y futuros que se puedan producir sobre la calidad del aire, la contaminación del suelo y de las aguas. Tras la restauración vegetal, se recuperará el recurso suelo y se podrán generar nuevos hábitats para el desarrollo de flora y fauna silvestre además de mejorar la calidad del paisaje.
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