La Diputación hace justicia con el hablar serrano

Recupera, a través de un libro del profesor Gonzalo Francisco Sánchez, la riqueza lingüística de una zona que ha bebido históricamente de varias fuentes

 La Diputación hace justicia con el hablar serrano
La Diputación hace justicia con el hablar serrano

No hace mucho, tan solo hace falta echar la vista atrás apenas medio siglo, utilizar el vocabulario autóctono era algo “prohibido, pecaminoso y denostado”, destacó el director del Instituto de las Identidades (IDES) de la Diputación, Francisco Blanco, en sintonía con el diputado provincial de Cultura, Julián Barrera, quien explica que el hecho diferencial de las hablas “sufrió en otro tiempo una persecución injusta en aras de una homogeneización del lenguaje que solamente contribuyó a su empobrecimiento”. Así lo refleja en la presentación de ‘El habla de la Sierra de Francia en su contexto histórico, geográfico y social’, el libro de Gonzalo Francisco Sánchez que bucea en la peculiaridad lingüística de una zona de Salamanca que ha bebido históricamente de multitud de influencias. 

Para poder realizar este estudio, el autor y su equipo optaron por un enfoque pancomarcal que los llevó a diez localidades de todos los puntos cardinales de la Sierra (El Cabaco, Monsagro, La Alberca, Navarredonda de la Rinconada, Sequeros, Miranda del Castañar, Sotoserrano, Linares de Riofrío, San Esteban de la Sierra y Valero) para constatar, a través de un cara a cara con cerca de 80 personas, como al norte la fonética “es más castellana” y en la zona sur deja entrever giros meriodionales fruto de la influencia de la cercana Extremadura. El contacto humano con lo lingüístico es, a juicio de su autor, “fundamental”.

La forma de ver el patrimonio hablado de los pueblos cambió su tendencia y en la actualidad instituciones como el IDES trabajan desde hace años por recuperarlo. “Ya Unamuno se fascinó por esta variedad e hizo un léxico de salmantinismos”, recordó Francisco Blanco, quien también puso de relevancia las hablas “como parte esencial del patrimonio inmaterial”. Reivindicarlas, añadió, “nunca está de más”. 

El libro, del que se han editado 500 ejemplares que se venderán al precio de 12 euros, “escapa de los romanticismos para centrarse en la realidad social de unos pueblos que siguen recibiendo nuevos habitantes por lo que se han tenido en cuenta todos los condicionantes”. La obra, trufada de curiosidades y extractos de conversaciones, “enlaza con lo anecdótico y lo humano”.

 

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