A pesar de que pocos minutos antes del inicio de la tercera jornada de matanza, la nieve intentó teñir de blanco Guijuelo, nada pudo con los arrieros que, desde Fuenterroble, llegaron a la capital chacinera en sus carros conducidos por el padre Blas. En la explanada donde se celebra desde hace 29 años el ritual por el que Guijuelo es conocido en toda España, esperaban ya los matanceros de honor (el actor David Muro, la presentadora de Televisión, Pepa Molina y el catedrático de la Universidad de Salamanca, Julio Pindado). A su lado, el maestro de ceremonias, el cocinero Sergio Fernández, de Canal Cocina y, junto a él, el director de matanza, otro Sergio Fernández, este célebre por su participación en el programa ‘La Mañana’, de La 1.

 

La tradición manda y el pregón arriero abrió el acto. Durante su intervención, el padre Blas evocó recuerdos de su infancia en la naturaleza y pronunció un hondo elogio a la encina, enseña del campo charro e inseparable del cerdo que, de nuevo, acaparaba todas las miradas. El ejemplar sacrificado, un macho de 172 kilos, hubo de ser sujetado con firmeza tanto por los matarifes como por el propio director tras recibir la descarga eléctrica pues amagó con escaparse hacia el público entre el que, por un momento, sembró la inquietud.

 

Una vez controlado, el ritual siguió por los cauces habituales. Tanto el público como los invitados desafiaron al frío a base de aguardiente, perronillas, patatas asadas y chichas al ritmo de la gaita y el tamboril.
 
 

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