Miles de mirobrigenses siguieron en la capital de la Ciócesis civitatense, el segundo de los desfiles programados esta Semana Santa, tras la incorporación hace cuatro años de la procesión de la Dolorosa, que tuvo lugar el pasado Viernes de Dolores. Hoy, Domingo de Ramos, la cofradía Jesús Amigos de los Niños, protagonizó una de las procesiones más multitudinarias y entrañables por la gran cantidad de niños que participaron y el numeroso publico que se congregó en todo el recorrido pero principalmente en la Plaza Mayor, aunque el número de pequeños fue algo inferior al de la pasada edición. Además el tiempo primaveral contribuyó a que la gente participara masivamente en este singular acto de la Semana Santa. 
 
Como es tradicional previamente en la iglesia parroquial de Santa Marina, situada en el arrabal del Puente, se concentraron los niños ataviados con la túnica blanca y capuchas azules quienes antes de iniciar el desfile, asistieron a la santa misa oficiada por el párroco Domingo Peinado Pablos.  Sobre las doce y media comenzó el desfile en el que los pequeños desfilaron en el centro de la procesión de dos en dos, una nueva norma que se comenzó aplicando hace un par de años y que ha servido mejorar, tanto la organización del desfile, como la vistosidad del mismo. 
 
Los niños y niñas desfilaron delante de La Borriquilla portando doradas palmeras. La comitiva marcada por el ritmo de los tambores de la Cofradía de La Cruz, partió de la Iglesia de Santa Marina, cruzando el Puente Mayor y ascendiendo hacia la Plaza Mayor, traspasando las murallas medievales por la Puerta de la Colada, escena única que guarda una gran simbología con la entrada de Jesús en Jerusalén y que solamente Ciudad Rodrigo puede ofrecer. 
 
Numeroso publico esperaba a Jesús sobre la borriquilla, en esa empinada cuesta marcada por la Calle Colada, que supuso todo un esfuerzo para las personas que tiraban de la carroza de la singular imagen de la Borriquilla, teniendo que detenerse en varias ocasiones, para finalmente hacer su entrada triunfal en la Plaza Mayor, donde se habían congregado varios miles de personas. 
 
La Campana ‘gorda’ del reloj Suelto del Ayuntamiento, comenzó a sonar cuando La Borriquilla entró en la Plaza Mayor, mientras los cientos de niños que habían seguido junto a Jesús agitaron también sus palmas al viento. La procesión se detuvo en la Plaza Mayor para escuchar las palabras que el párroco de Santa Martina, Domingo Peinado y el Obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa,  dirigieron a todos los mirobrigenses y especialmente a los niños, desde la galería alta de la Casa Consistorial. 
 
Seguidamente se reanudó la procesión por la calle San Juan y tras pasar por algunas de las recoletas calles de la ciudad llegó a la Catedral de Santa Maria, donde se introdujo la imagen de La Borriquilla y donde permanecerá hasta el Viernes Santo que volverá a salir en la procesión conocida como La Carrera, en la que participan todas las cofradías con sus pasos. La novedad es que este año no participarán en la procesión del Domingo de Resurrección, como consecuencia de las discrepancias surgidas con la cofradía del Nazareno.
 
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