El único ejemplar que pudo ser recuperado con vida pertenecía a un grupo de 19 flamencos rosa (Phoenicopterus roseus) localizados a finales de agosto en el humedal salmantino conocido como Azud de Riolobos, con 387 hectáreas de humedal artificial de valor excepcional para el paso y nidificación de aves. Este ejemplar fue trasladado al Centro de Recepción de Fauna Silvestre de Salamanca ?Las Dunas?, donde recibió las primeras atenciones. Allí se le apreciaron síntomas de debilidad, temperatura alta y cojera en la extremidad inferior izquierda, aunque no se detectó fractura en los huesos largos del animal.

Desde el primer momento, el flamenco respondió positivamente a la administración de alimento y, tras su estabilización, el equipo veterinario decidió trasladarlo al CRAS de Valladolid, donde le realizaron las primeras radiografías para descartar completamente la existencia de fracturas en sus huesos. En este centro, el equipo veterinario procedió a administrarle un tratamiento con antibióticos y antiparasitarios, con el que se le protegió ante posibles infecciones.

Una vez que el ejemplar de flamenco rosa completó satisfactoriamente su recuperación, con una adecuada condición física y de peso, y tras intercambiar información con los expertos de la Junta de Andalucía, ambos equipos decidieron a principios de noviembre preparar el operativo necesario para su traslado al centro ubicado en la Reserva Natural Laguna de Fuente Piedra, en Málaga, dependiente de la Dirección General de Gestión del Medio Natural y Espacios Protegidos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. La Junta consideró que el animal no podía ser liberado en ningún lugar de Castilla y León al no reunir las condiciones adecuadas para una especie tan especial como el flamenco.

El equipo veterinario del centro andaluz procedió inicialmente a colocar una anilla que facilita su posterior localización, y desde entonces ha comprobado su perfecta integración con los grupos de flamencos que habitan la reserva natural.

Este centro andaluz de Fuente de Piedra tiene una amplia experiencia en la gestión y manejo de flamencos, es una de las tres colonias de crías de la especie y ha llegado a censar 13.000 ejemplares de flamencos en sus aguas cada año.

El conocido como flamenco común es un ave alta y esbelta, con cuello y patas largas, ya que es la especie de mayor tamaño, con una media de altura de 110 a 150 centímetros y un peso que oscila entre los dos y cuatro kilos, y con un característico pico curvado hacia abajo. Su plumaje es de color rosa pálido, más intenso en las alas, llegando casi al rojo con las plumas primarias y secundarias de color negro. Los flamencos más jóvenes son de color gris blanquecino y con los años van adquiriendo la coloración adulta que depende principalmente de la dieta de la que se alimenten.

CRAS en Castilla y León

Esta actuación es un ejemplo más de la correcta labor que se realiza desde los centros de atención de fauna silvestre de Castilla y León, que consiste en la recuperación de aquellos animales que, como consecuencia de un accidente o incidente, han resultado lesionados, para su correspondiente reintroducción en el medio natural. A su vez, entre otras actividades también se encargan de la cría de pollos caídos de nidos o afectados por actividades humanas para su posterior liberación, la cría de especies amenazadas para el reforzamiento de las poblaciones silvestres, o el seguimiento de las enfermedades que afectan a la fauna silvestre, como la tularemia, así como la determinación de los posibles casos de envenenamiento de la fauna silvestre.

En Castilla y León existen tres centros de recuperación de animales silvestres ubicados en Valladolid, Burgos y Segovia, y dos centros de recepción de fauna silvestre en Salamanca y Zamora que abarcan geográficamente toda la Comunidad. Los cinco centros han recibido un total de 3.285 animales durante el año 2015.

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