La segunda jornada de la Feria Agroalimentaria y de Artesanía de Ledesma volvió a concitar el interés de los visitantes que, por momentos, abarrotaron los 50 puestos distribuidos alrededor de los jardines del Castillo. En el interior de la fortaleza, los más pequeños disfrutaron de diversas actividades mientras sus padres miraban y compraban.

Quesos, mieles, aceites, embutidos, licores o, como no podía ser de otra manera, las típicas rosquillas ledesminas volvieron a llamar la atención de los miles de visitantes que durante el fin de semana se han acercado a Ledesma animados por la buena climatología y el gran nivel de un certamen, que también raya a buena altura en lo que a la artesanía respecta.

Además, a lo largo de las dos jornadas de feria se han ido sucediendo las demostraciones de artesanos que, ante los ojos de mayores y niños, no solo les mostraban el proceso de creación de una pieza sino que los animaban a ser ellos mismos los creadores.

De cara a años venideros, y como avanzó hace unos días el alcalde del municipio, José Prieto, pasa por tratar de ampliar el recinto ferial pues todos los años aumenta el número de personas que terminan quedándose fuera por falta de espacio. Será, sin duda, uno de los primeros retos de la próxima corporación municipal.

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