El proyecto de creación de una nueva mina para la explotación de uranio en la provincia, que iría ubicada en los términos de Retortillo y Villavieja de Yeltes, sigue movilizando a la plataforma vecinal creada para impedir que esto tenga lugar. Así, a pesar de las información ofrecida por la empresa en la que se aseguraba que la explotación minera no conllevaría efectos nocivos para la población y que los niveles de gases estaban entre lo permitido a tenor de los estudios por el Consejo de Seguridad Nuclear (del que esta plataforma desconfía al creer que está del lado de la empresa), ‘Stop Uranio’ asegura “que la prevención medioambiental no impide los efectos adversos de la minería a cielo abierto”.

La plataforma no cree “que el intento de minimizar los riesgos suponga su completa eliminación”, señalan. “Este tipo de minas tienen un impacto ambiental muy superior al subterráneo y, pese a las medidas paliativas, nunca es posible volver a la situación de partida de las zonas implicadas, y mucho menos para mejorar su situación”, añaden. Aseguran “que el 75% de los desechos industriales en España proceden de la minería a cielo abierto basándonos en datos del Instituto Nacional de Estadística”. Remarcan desde la plataforma “que seguiremos informando a la ciudadanía y consideramos que este proyecto minero conlleva unos impactos socioambientales inasumibles, en defensa de la salud de la población y actuando por todas las vías a nuestro alcance a nivel legal y administrativo para que esto no se lleve a cabo”.

El proyecto
 
Berkeley Minera España S.A., filial de la compañía australiana Berkeley Resources Ltd., pretende aprovechar dentro de la comarca salmantina del Campo Charro una concesión de explotación de 2.517 hectáreas para la extracción y procesado de mineral de uranio por lixiviación estática, entre los términos municipales de Retortillo y Villavieja de Yeltes. El proyecto, denominado "Retortillo-Santidad", implicará un movimiento de tierras superior a los 200.000 m³ anuales, cinco megavoladuras a la semana y el procesado de 2.000.000 de toneladas/año de mineral de baja ley, del que se preveen la extracción 1,5 millones de libras de óxido de uranio al año (aproximadamente 675 toneladas). La explotación, prevista para 11 años (incluyendo las tareas de preparación, producción, restauración y clausura), estará dividida en dos zonas: la de Retortillo (2,7 kilómetros de longitud por 580 metros de anchura) y la de Santidad (de 1,6 kilómetros de longitud por 310 metros de anchura).

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