Uno de los actos singulares de la Semana Santa en la provincia de Salamanca es el Descendimiento en Lumbrales, único en su modalidad en los pueblos charros, pues desde hace 400 años tiene lugar en la capital. Como explica Jaime Grandes, una enorme cruz de madera, con un Cristo crucificado de dimensiones humanas, se coloca en lo alto del prebisterio. Un orador va predicando la Pasión del Señor; y al final siguiendo las indicaciones del predicador los piadosos varones van desclavando y bajando de la cruz el cuerpo muerto de Jesús.

Los golpes de martillo para desclavar y la caída de los brazos y cabeza de la imagen articulada de Jesús impregnan de dramatismo el templo parroquial. El cuerpo de Cristo es presentado a la Madre Dolorosa y posteriormente es depositado en un sepulcro de cristal. A continuación, se organiza la procesión del Santo Entierro por las calles de la villa.

 

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