Jose Campoy habría sido abogado si tras licenciarse en Derecho, no hubiera descubierto que los letrados en nuestro país no pueden gritar frases de cine tan sobrecogedoras como: "¡protestoooo señoríaaaaaaa!, ¿ordenó usted el código rojoooooooo?". Y es que los juicios españoles pueden llegar a ser más aburridos que escuchar una partida de ajedrez por la radio. Por esa razón cambió la toga y el código penal por un micro y una guitarra. Ahora, las únicas leyes a las que hace referencia en sus monólogos son la ley de Murphy y la ley del mínimo esfuerzo.
Nacido en tierra de vinos (Jerez de la Frontera, - Cádiz), cosecha del 76 , Jose Campoy maduró sobre escenarios de madera de roble, logrando así un humor fresco y agradable que deja muy buen sabor de boca en cada una de sus actuaciones. Lo mejor del humor de Jose Campoy radica en que es una comedia todoterreno. Humor blanco y dinámico donde se entremezclan monólogos e imitaciones de numerosos personajes famosos, encajando perfectamente en cualquier tipo de público y evento.
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