El pasado mes de febrero, los Bomberos de Salamanca y la Policía Local tuvieron que movilizarse debido a un gato desquiciado en una vivienda de la calle Castroverde. Los hechos se produjeron sobre las tres de la madrugada cuando el dueño del animal alertó de que se había vuelto loco y le estaba atacando tanto a él como a sus familiares, destrozando además la vivienda. Los agentes se desplazaron hasta el lugar ante el estruendo generado en el vecindario, donde se encontraron a los bomberos intentado reducir al animal. Finalmente lo lograron después de que causara daños en la cocina.
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