La Audiencia Provincial de Salamanca ha condenado a cuatro años de cárcel y 50.000 euros de multa a A.D.A.M. por un delito contra la salud pública por tráfico de drogas, y a un año de cárcel y 25.000 euros de multa a M.G.T., también por un delito contra la salud pública por tráfico de drogas, con atenuantes de colaboración con la Justicia y drogadicción. En la vista oral celebrada el pasado 20 de enero declararon los dos implicados en los hechos, así como los agentes encargados de la detención y otros testigos.

El primero en prestar declaración fue M.G.T., la persona que fue detenida el 5 de abril de 2013 en la oficina de Correos de León Felipe tras recoger un paquete. El acusado reconoció que la mercancía que fue a buscar ese día iba a su nombre, aunque declaró que "no sabía lo que era porque era de otra persona". En este sentido, M.G.T. afirmó haber prestado sus datos para el envío del paquete a cambio de 400 euros "porque entonces yo consumía y los necesitaba para consumir". Según el relato de los hechos del acusado, fue a recoger el paquete junto al otro acusado, pero este se quedó en la puerta y por ello no fue detenido. Sin embargo, su posterior colaboración con las fuerzas de seguridad y con las instancia judiciales a cambio de mantener la libertad permitió la detención del principal acusado y presuntamente propietario de la mercancía. Los dos acusados eran conocidos de toda la vida, y ambos reconocieron haber consumido droga juntos en múltiples ocasiones.

Por su parte, A.D.A.M. se acogió a su derecho a no declarar y solo contestó a las preguntas de su abogado. Pese a ello, el fiscal formuló sus preguntas en las que se hacía referencia a las intervenciones telefónicas realizadas al acusado y en las que se vendían muy variados objetos -cerezas, vino o cds- al precio unitario de 40 euros. También preguntó acerca de la identidad de una personas con la que mantenía conversaciones y cuya residencia está en Bolivia. A.D.A.M. negó a su abogado todas las preguntas del fiscal y reconoció haber sido consumidor de sustancias estupefacientes durante "toda la vida". Además, afirmó que lleva un año en un tratamiento en un centro especializado tanto psicológico como farmacológico.

Entrega controlada por Vigilancia Aduanera

El primero de los testigos en declarar fue un funcionario de Vigilancia Aduanera, quien detalló que su intervención comenzó tras una orden de un juzgado de Madrid para una actuación de una entrega controlada. El paquete fue recogido por los funcionarios en Barajas y trasladado -siempre vigilado- a la oficina de Correos. Según el relato de los hechos, una vez establecido el dispositivo se procede a la detención de M.G.T. en el momento de retirar el paquete que en su interior tenía un juego de música donde estaba escondida la cocaína en una plancha de silicona.

El funcionario, encargado también de transcribir las escuchas telefónicas a A.D.A.M., afirmó que les llamó la atención "que una persona vendiera vino, cds o cerezas todo al mismo precio y que no tuviera proveedores". Además, reconoció la colaboración de M.G.T. hasta el punto "de llevarnos a la detención de la otra persona".

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