La Policía Nacional acudió esta pasada noche del domingo a la avenida Comuneros ante el aviso de una fuerta discusión entre dos personas en una vivienda, hechos que, según la denuncia interpuesta, se sucedieron sobre las 21:45 horas.
Ante ello, los agentes acudieron al citado inmueble y a su entrada en el edificio descubrieron a un joven que bajaba por las escaleras de manera precipitada y con la cara ensangrentada. Frente a tales hechos, le solicitaron que explicaran lo ocurrido pero el joven, de nacionalidad venezolana y de 30 años, intentó huir por lo que tuvo que ser esposado, según informa la propia Policía Nacional.
Además, también descubrieron que una mujer pedía ayuda a gritos, algo que se habría repetido anteriormente, algo que alertó a los propios vecinos. De hecho, estos se encontraban en el portal a la llegada de los agentes, que preguntaron a la víctima, de nacionalidad marroquí, en un gran estado de nerviosismo, por lo ocurrido.
Ya una vez calmada, declaró que la discusión comenzó una vez que ella le había comentado que la cocina se encontraba sucia y que había que limpiarla. Ante ello, el posteriormente detenido ha comenzado a tirar mobiliario de cocina y macetas, como comprobaron los agentes a su llegada, y a insultar y amenazar de muerte a su compañera de piso.
Fue ahí cuando, después de que le agarrara fuerte por los brazos, pidió auxilio a otro compañero de piso, también de nacionalidad marroquí, para que le ayudara. Este, incluso, debió emplear la fuerza física para evitar que le siguiera haciendo daño, según las declaraciones.
De esta manera, y según lo relatado, la Policía Nacional detuvo al joven, acusado por las amenazas graves de muerte a la joven y la resistencia a la autoridad, y fue conducido hasta dependencias policiales, donde ingresó en los calabozos a la espera de pasar a disposición judicial. La Policía Nacional informa, además, de que al detenido la constan otras dos detenciones, una por malos tratos y otra por atentado a agentes de la autoridad.
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