Un hombre de iniciales V.F.M.C. se sentará el próximo lunes, 1 de octubre, en el banquillo de acusados del Juzgado de lo Penal número 1 de Salamanca, por un presunto delito de stalking —vocablo anglosajón que significa "acecho" y describe cuando el individuo, que puede ser hombre o mujer, persigue de forma obsesiva a la víctima— por el que se enfrentará a una pena de dos años de cárcel y tres de alejamiento y prohibición de comunicación con su víctima.
Según el escrito de calificación del Ministerio Fiscal, los hechos tuvieron lugar entre el mes de julio y el mes de diciembre de 2017, cuando el acusado comenzó a llamar por teléfono insistentemente a su expareja, aumentando progresivamente el número de llamadas, hasta llegar a rondar las 100 al día, muchas de ellas durante la madrugada.
Además, no contento con ello, el hombre también enviaba a la víctima correos electrónicos y cientos de mensajes de WhatsApp, con la intención de perturbar la tranquilidad y el sosiego de su ex. De hecho, el fiscal estima que su vida cotidiana se vio severamente afectada.
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