Los incendios declarados en Puerto Seguro, municipio junto a la frontera con Portugal, ya están extinguidos. Tras teñir de gris una vez más el cielo de casi toda la provincia charra, pues el humo y la ceniza que arrastra el viento llegaron hasta más de cien kilómetros de distancia, poco a poco se va retomando la normalidad. Sobre todo después de que, como medida de precaución, los vecinos desalojaran temporalmente el pueblo, desplazándose hasta el cercano Villar de Ciervo, donde aguardaron a que se controlara sin afectar a sus viviendas.

Las llamas se originaron en la noche del miércoles sobre las 23:00 de forma intencionada, pues había tres focos, según informa el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Medios aéreos al amanecer y terrestres durante toda la noche trabajaron en la zona para evitar que las llamas llegaran hasta la localidad, pues uno de los focos del fuego avanzaba en dirección hacia el casco urbano de Puerto Seguro, municipio incluido en el Parque Natural Arribes del Duero y que precisamente estos días celebra sus fiestas patronales, por lo que hay más habitantes que el resto del año.

A las 7:40 horas de la mañana del jueves las llamas fueron controladas, rebajándose el nivel de alerta, pero pasado el mediodía se declaró  un cuarto foco intencionado que reavivó  el fuego y obligó a declarar el nivel dos de alerta sobre las 17:25 horas, debido a la cercanía del incendio con las viviendas y a que las llamas se adentraron también en el término municipal de La Bouza. Al momento se procedió a evacuar a la población de Puerto Seguro, trasladándose las personas desalojadas a las afueras del municipio, en la carretera de Villar de Ciervo, según ha informado la Guardia Civil.  

Dificultades para su extinción

Más de cien personas trabajaron en la zona entre medios del operativo de incendios de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Medio Ambiente. En el operativo actuaron cinco helicópteros, un hidroavión, cinco cuadrillas de tierra, seis autobombas y una máquina bulldozer. Además se movilizó al siniestro a una ambulancia de soporte vital básico de Sacyl, como medida preventiva. 

  

Las condiciones de extinción eran especialmente difíciles a causa de la orografía de la zona, ubicada en el Parque Natural de Arribes del Duero. Además de las zonas próximas al pueblo, las llamas han consumido áreas de monte bajo de matorral y pasto. Cabe señalar el hecho de que este incendio se haya producido, de forma intencionada, en las horas más centrales y peligrosas del día, junto a un pueblo en fiestas, en un día en el que se había declarado alerta por riesgo meteorológico de incendios forestales y apenas unas horas después de que los medios del operativo hubieran controlado otro incendio con dos focos declarado la noche anterior. De hecho, los equipos de la Junta de Castilla y León pasaron toda la noche y la misma mañana extinguiendo ese otro incendio, también intencionado, con el concurso de dos técnicos, cuatro agentes medioambientales, cuatro helicópteros, tres cuadrillas de tierra y cinco autobombas.

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