Fredy y Gliri, los dominicanos que socorrieron a los afectados por el fuego de la calle Vasco de Gama

Los dos trabajan en un bar de la vía en la que ocurrió el incendio de este sábado. Ambos, acompañados por otros dos jóvenes hondureños, accedieron al inmueble afectado por el fuego para auxiliar a las posibles víctimas

 El Caribeño
El Caribeño

Fredy y Gliri son de la República Dominicana. Viven aquí desde hace 12 y 18 años, por lo que son tan salmantinos como alguien nacido en el Clínico. Fredy regenta un bar en la calle Vasco de Gama, entre Los Ovalle y María Auxiliadora. Se llama El Caribeño. Gliri es el camarero. Ambos estaban trabajando este sábado a las 15:00 horas, cuando una clienta que entró al establecimiento les adviritió que, en la ventana del tercer piso del edificio de enfrente, no dejaba de salir un sospechoso humo negro.

"Al momento nos dimos cuenta de que algo malo estaba pasando, por lo que salimos a la calle junto a otros dos clientes del bar, ambos hondureños", cuenta Gliri. "Vimos como comenzaban a salir llamas por la ventana, por lo que decidimos rápidamente que teníamos que hacer algo", explica Fredy a SALAMANCA24HORAS. No hubo tiempo para pensarlo mucho, ya que se escuchaban gritos de auxilio, por lo que Fredy, Gliri, Álex y Sami trataron de entrar al portal del edificio. "Llamamos a todos los timbres, pero nadie respondía. Luego hemos sabido que los dos primeros pisos estaban vacíos y el fuego estaba en el tercero, por lo que era difícil que nos atendieran y nos abrieran la puerta", cuentan los dos dominicanos.

En esos instantes de confusión, trataron de abrir la puerta a patadas. Los minutos corrían y no había mucho tiempo. Sin embargo, justo en el momento en que iban a intentar tirar abajo la puerta, alguien abrió. Una mujer salió del edificio, muy asustada. "No tuvimos mucho tiempo para preguntarle cómo se encontraba. Subimos los pisos del edificio por las escaleras, que son muy estrechas, y llegamos arriba. Salía un humo tremendo, pero pudimos comprobar que había tres personas más en el tercer piso", explican. "Fue muy rápido, cuestión de segundos, pero bajamos todos rápido al ver que las tres personas que quedaban arriba podían bajar sin ningún tipo de problemas. Menos mal, porque había realmente mucho humo, ha sido un milagro", contaban al poco de ocurrir el fuego, más tranquilos pero todavía con las ropas apestando a incendio.

Poco después llegaron los efectivos de emergencias y, en la vorágine, pasaron desapercibidos. Los Bomberos tomaron el control de la situación para extinguir las llamas. "Nosotros nos metimos en el bar de nuevo, ya no podíamos hacer nada más", explican Fredy y Gliri. "De hecho, un policía entró para decirnos que si alguien había grabado algún video o foto del incendio y luego descubrían quién había sido, nos podían poner una multa". La dueña de otro bar cercano fue testigo de cómo los cuatro latinoamericanos trataron de socorrer a las personas afectadas y así se lo hizo ver a este diario.

Por suerte, todo quedó en un susto y sólo un hombre de 73 años tuvo que ser evacuado al Complejo Asistencial al haber sufrido quemaduras, al parecer, de pronóstico leve. A pocos metros de la puerta del inmueble, varias personas hacían corrillo junto a una de las afectadas por el humo, la mujer del hombre trasladado al Hospital, que aseguraba haber podido bajar por su propio pie de la casa en llamas. Al fondo, Fredy y Gliri contemplaban la escena. Los restos de humo negro eran visibles aún en la ventana del comedor de la vivienda.

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