Juzgan al antiguo socio de una empresa de Topas que 'secuestró' las webs del negocio para extorsionar a la dueña

El representante del Ministerio Fiscal considera al acusado autor de un delito de coacciones con agravante de abuso de confianza, por lo que solicita para él una pena de 2 años de prisión, el pago de 630 euros a la víctima y que le restituya los dominios ocupados

 Juzgados
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El Juzgado de lo Penal número 1 de Salamanca acogerá en la mañana de este viernes, 13 de julio, el juicio contra T.B.L., un hombre que era socio y compartía las tareas de administración de una empresa dedicada a servicios relacionados con animales de compañía radicada en una finca de la localidad de Topas. Tras vender su participación en la empresa por diferencias personales con la otra socia, el acusado le cambió presuntamente las contraseñas de administración a los diferentes dominios web de la empresa y su perfil en redes sociales, con el fin de extorsionar a la administradora de la empresa y que le tuviera que dar más dinero.

El representante del Ministerio Fiscal considera al acusado autor de un delito de coacciones con agravante de abuso de confianza, por lo que solicita para él una pena de 2 años de prisión, el pago de 630 euros a la víctima y que le restituya los dominios ocupados.

Los hechos, según recoge el escrito de calificación del Ministerio Fiscal, comenzaron en octubre de 2015, cuando el acusado cesó en su actividad empresarial mediante la venta de las acciones que tenía de la empresa de Topas, al tiempo que renunciaba a su condición de administrador. Sin embargo, como era el la persona que mayores conocimientos de informática tenía y realizaba las labores de control, manejo y mantenimiento de los diferentes dominios de la empresa, y de su cuenta de Facebook, se adueñó de las cuentas y exigió a su antigua socia el pago de diversas cantidades de dinero para devolverle la posesión de las páginas, amenazándole con venderlos al mejor postor.

Para obligar a la víctima a pagar, el acusado llegó presuntamente a publicar anuncios en las webs con las leyendas: "Web impagada. Reclamado pago monitorio por el Juzgado de Salamanca", con el fin de que los posibles clientes desconfiaran de la empresa. La víctima tuvo finalmente que adquirir una nueva página web, que le costó 630 euros.



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