La Audiencia Provincial de Salamanca ha impuesto penas combinadas de 24 años y cuatro meses de prisión para once condenados en el mismo procedimiento por los delitos de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y depósito de armas de fuego, según recoge la sentencia emitida por la sala a la que tuvo acceso Ical este lunes.
La mayor de las penas, de tres años de cárcel, es para el cabecilla de la organización criminal por un delito contra la salud pública, en su vertiente de elaboración y tráfico de sustancias estupefacientes. Otros dos acusados, varón y mujer, fueron condenados a dos años de prisión por la comisión de sendos delitos de depósito de armas de fuego. Y los otros ocho recibieron un año y once meses de cárcel cada uno, de los que seis fueron penados por delitos de tráfico de drogas y dos por delitos de blanqueo.
Los hechos se remontan al verano de 2018 cuando los investigadores tuvieron conocimiento de la actividad ilícita del cabecilla, dedicado al tráfico de hachís y marihuana. Entonces, asistieron a varias conversaciones tras intervenir su teléfono en las que preparaba nuevas operaciones de movimiento de sustancias estupefacientes. Así, siguieron a varios de los condenados el 30 de octubre de ese año, desde la calle Mayor de Chamberí, en Salamanca, hasta el chalet del cabecilla en Galindo y Perahuy, donde se produjo en intercambio.
Los agentes irrumpieron en el inmueble y lograron la detención de dos de los implicados, el resto lograron huir saltando el muro. Allí se incautaron de más de 66 kilos de cannabis, con un valor en el mercado ilícito del menudeo que supera los 350.000 euros. Además, los agentes intervinieron otros efectos y munición para armas de fuego.
Un día después, según la información que poseían los investigadores, llevaron a cabo una entrada y registro en un domicilio de Salamanca en el que encontraron distintas armas de fuego almacenadas, incluidos dos rifles, uno de ellos con mira telescópica adosada, y tres pistolas. El tercer registro tuvo lugar en la localidad de Valdunciel, donde hallaron una máquina eléctrica peladora de flores con dosificador y tapa de las empleadas en la preparación del cannabis, además de restos de marihuana, la instalación eléctrica para su cultivo y una máquina manual peladora de flores.
Por otro lado, los condenados por blanqueo de capitales se dedicaban a ocultar el origen ilícito de los fondos obtenidos con el tráfico de drogas mediante la adquisición de distintos vehículos, a pesar de carecer de ingresos, pues una de ellas no ha trabajado nunca y percibe una prestación pública y el otro estaba en situación de desempleo y con varias deudas en entidades financieras.
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